Violencia I. Lo había anticipado en un audio distribuido por cadena de whatsapp el integrante de la conducción de guardavidas Gustavo Weber: estaban dispuestos a ejercer la violencia para imponer sus condiciones. Pese a estar vigente la conciliación obligatoria, se hicieron presentes en el Torreón del Monje creando un estado de tensión y peligro para los presentes allí. Hay denuncias de intimidación directa y desmanes, todo en medio del repudio de los veraneantes que les gritaban que vayan a trabajar. Lo curioso, es que la situación la provoca un gremio cuyo secretario general mantiene cálida y fluida relación con el ministro de Gobierno de María Eugenia Vidal, Joaquín de la Torre, y con el responsable de la organización del “verano feliz” Fabián Perechodnik. Otro traspié para la gobernadora en este verano 2019 que, también, fue abucheada el día de la presentación de Les Luthiers, un trago amargo para el hada triste de Morón demasiado acostumbrada a la lisonja por estos días.
Violencia II. La que se está ejerciendo por parte de medios de CABA sobre los jóvenes detenidos en Miramar luego de ser denunciados por abusar de una niña en el camping “El Durazno”. Decimos violencia, porque se sigue exponiendo a los jóvenes que están en detención en la unidad penal 44 de Batán innecesariamente cuando menos a tres de ellos relataron no haber tenido nada que ver con los hechos. No sólo lo negaron ellos: dos miembros del grupo aceptaron ser los que efectivamente tuvieron relaciones con la menor, desvinculando al resto. Por lo tanto, las detenciones pasan a ser inexplicables y menos aún retenerlos en Batán. Y aún más disparatado es cuando se tiene en cuenta que la justicia tiene conocimiento de otro hecho previo —protagonizado por la misma menor— que debiera impactar en las calificaciones penales de modo importante.
Violencia III. En la IPP que procura la fiscal Florencia Salas, declaró un joven de 18 años que aseveró haber tenido relaciones consensuadas con la menor de 14 años en horas previas a los hechos que motivaron la causa penal por lo acontecido en el camping de Miramar. El joven tiene una vinculación de amistad o familiar con la niña y su familia y compartían los días de las fiestas de fin de año. La declaración es muy precisa, y extraña cuando menos que su testimonial no haya sido suspendida para ofrecerle poner a su disposición el defensor oficial y continuarle tomado declaración como imputado. Las circunstancias relatadas impactan directamente en la evaluación de los análisis de semen y, por directa concurrencia, en la valoración criminosa de dicha prueba. Quienes siguen de cerca la causa no entienden cómo se mantiene la detención de cuando menos tres de los jóvenes —quienes están desvinculados de los hechos por declaraciones de sus amigos— y este actor confeso de mantener relaciones, se fue campante a su casa.
Impacto. El que provocó la denuncia del medio colombiano “El Expediente” sobre fondos espurios atribuidos al ex presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, vinculados al banco vaticano. La entrevista en la 99.9 al diácono Jorge Sonannte generó un debate fenomenal al que se sumó Julio Bárbaro, quien se dirigió a este medio destratando a Sonannte y caracterizándolo como “ni capaz de trabajar para la SIDE” y “más parecido a un operador del ‘perro’ Verbitsky”. Por su parte, el vaticano asumió desmentir lo publicado por el director del medio colombiano dirigido por el periodista Gustavo Rugeles.