A todo o nada I. Eran las 23.30 hs cuando los moradores de una vivienda en ubicada en la calle Santa Cecilla al 233 vieron su vida atravesada por la irrupción de un grupo policial cuyos miembros nunca se identificaron, para efectuar un allanamiento en el marco de la investigación del asesinato de Lele Gatti. Lo tremendo, es que marraron el domicilio e ingresaron a la casa de una familia vecina. Manos arriba, esposados a la espalda y con una nueve milímetros apuntando a la cabeza: fueron tres horas de terror sin explicaciones, mientras les gritaban consignas como «¿Dónde está la moto?», «¿Dónde está el casco?», etc.
A todo o nada II. El asesinato de Lele dejó al descubierto cuán desprotegidos están los ciudadanos. Fue abatido por dos depredadores que buscaban —porque tenían el dato—, hacerse de la recaudación de uno de los boliches de Playa Grande, aunque no necesariamente aquel en donde Gatti trabajaba. Lo que se puede reconstruir, revela que hay, cuando menos, un entregador y una estructura operacional armada. No cierra que el único detenido por el crimen esté limpio, y en el relato oficial, que asegura que el padre lo entregó, hay agujeros en el tinglado. Si lo entregaron, ¿cómo es que allanaron una casa lindera? ¿Cómo es que fueron en busca de la moto y el casco? Hay demasiadas preguntas, y nadie parece tener las respuestas. O mejor dicho, sí: hay alguien que tiene las respuestas.
A todo o nada III. El crimen de Lele Gatti no fue el primer homicidio del año: es el trigésimo quinto. La oposición y otros actores le han saltado a la yugular al intendente por este caso porque la notoriedad que tomó, políticamente, lo amerita. Para ser precisos: crear una comisión de seguridad, no sirve para nada. Es sólo chip chap. El asesinato termina ocurriendo por una razón muy concreta: no hay despliegue de seguridad en Playa Grande, cuando debería estar saturada de efectivos, dada a la magnitud del movimiento de jóvenes —ergo, de dinero—, que hay concentrado en esa zona. Siendo así, ¿por qué no hay presencia de la policía en el lugar?
A todo o nada IV. La información que se hizo pública al respecto del allanamiento no condice con los hechos. Los partes que copian y pegan los medios los escribe, de forma directa, el jefe departamental José Luis Segovia. Se trata de la misma persona que dispuso de manera permanente la presencia de efectivos en Luro entre Independencia y Catamarca con la excusa de que es para realizar tareas de control vehicular. Si los arbolitos hablaran… ¿Por qué no hay presencia policial en la zona de Playa Grande los viernes y los sábados? Porque no está la orden de servicio, la cual debería darse por razones de seguridad. La realidad es que, si los dueños de los boliches no pagan por afuera, no hay seguridad. Vengan de a uno, nos vemos en tribunales. Elijan fiscal, y juez de garantías.