Macri en campaña 2023 I. Doblete con acto en La Normandina y en el Costa Galana. Tal como señaló este finde un tweet del politólogo Guillermo Raffo: «Qué relación emocional fuerte construyó Macri con sus seguidores. Son pocos los que consiguen». Así se vio y se vivió en ambos encuentros. Esa relación limita a los interlocutores, tal como fue el caso de Martín Yeza, intendente de Pinamar, y los presidentes de las fundaciones Libertad y Global, que se atuvieron a conceptos y tips del libro «Para Que». Decimos esto, porque Macri recibió la visita del Emir de Qatar Tamim bin Hamad Al Thani en su casa del barrio Cumelén, algo que no es habitual: uno de los hombres más ricos del mundo se llega hasta la residencia de verano de un ex presidente con agenda privada, sin tomar contacto alguno con las autoridades del país. Merecía algunas preguntas.
Macri en campaña 2023 II. En lo político, la presencia de Montenegro es un dato relevante por la calidez que mostró el único líder del espacio opositor con el intendente local. La relación ha sido de regular a mala en estos años, desde los malhadados episodios de las escuchas en los años de la primera gestión en CABA. Montenegro se declaró, sin tapujos, alumno de los predicamentos de Macri, y éste le devolvió un largo hilo en Twitter con elogios a su gestión. Tema para el debate, si es que hubiera en Mar del Plata alguien capaz de darlo.
Macri en campaña 2023 III. Luego del acto de presentación del libro en el Costa Galana, hubo una cena íntima en el mismo hotel. Allí, entre otros, estaban Miguel Ángel Pichetto —al que Macri llama «nuestro prócer»—, el primo Jorge —ansioso por destacar— y, entre otros, la dueña de casa, Claudia Álvarez Arguelles, quien ingresó al salón acompañando a Mirtha Legrand. En la cena, varios de los presentes —de modo amable y hasta pudoroso— le pidieron —casi le exigieron— a Macri que se defina y lance su candidatura. La respuesta, breve, fue «no es momento».
Cambios y actitudes. La gestión de Pablo Santín destaca por lo activa y disruptiva. Ahora es el momento de un enfrentamiento con Francisco Di Leva, acusado de faltarle el respeto y amenazar a una delegada gremial. La movida del sábado a la noche, lanzando una fuerte réplica pública en el lugar, fue anticipada mediante un comunicado de UTHGRA que señalaba «cobarde accionar» del empresario, quien «no es la primera vez que maltrata, insulta y golpea a trabajadores y trabajadoras, como ya hemos denunciado en otras oportunidades». Sostienen que el hecho en cuestión sucedió el pasado viernes en el local 4 del Centro Comercial del Puerto de Mar del Plata, en el marco de la elección de delegados y delegadas del establecimiento, proceso electoral en el cual la trabajadora y delegada se presentó como candidata para continuar cumpliendo ese rol, con el apoyo de sus compañeros.
Gastronómicos repudian y protestan. Previamente, la víctima «durante todo el año había sido perseguida por el encargado, Mauro Suárez», quien anteriormente fue denunciado ella tanto por violencia de género como por persecuciones. Este viernes, «no querían dejar ir a votar a los trabajadores que la apoyaban», pero el caso pasó a mayores cuando —según denunció la trabajadora— el dueño de Chichilo (local 4) la agredió verbalmente, la insultó, y finalmente la golpeó. El batiburrillo que se «comieron» los turistas, se originó a partir de estas actitudes cuestionables.