La banda de los cuatro. ¿O serían tres los vecinos de la ciudad devenidos en intrusores de viviendas? Medios como el Ladrey Antique hablan de «asaltos». No hubo ningún asalto que sería, por definición: «delito caracterizado por la violencia contra las personas, generalmente con fines de apoderamiento ilegítimo», es decir, por ejemplo, un atraco a mano armada. Lo que este grupo —integrado por Facundo Carro, Agustín Suárez, Ricardo Soteris y Mauricio Di Norcia— hacía era inteligencia, copiar llaves, e ingresar sin violencia, lo que no tipifica como asalto. Uno de estos aduce no tener nada que ver, y ser sólo el compañero de viaje a Qatar con motivo del mundial de fútbol. Si fuera así, se le aplicó aquello de «dime con quién andas, y te diré quién eres».
La banda de los cuatro —o tres—. Muchos interrogantes en una investigación que revela, cuando menos, amateurismo. En el primer robo, un familiar de los afectados reconoció a Carro, quien circulaba a cara descubierta ya sea probando llaves o preguntando por el portero del edificio y otros temas baladíes a los ocupantes del edificio tratando de obtener datos. Auto a nombre propio, y conversaciones sin cuidado alguno por WhatsApp coordinando los preparativos para perpetrar los hechos. Anche, exhibición de lo indebidamente adquirido a través de sus redes sociales. Lo fuerte, es que meses antes de viajar a Qatar, Carro empeñaba joyas porque estaba muy mal de dinero, según surge de las conversaciones obtenidas de su celular. No era el único con problemas monetarios.
La banda de los cuatro —o tres, y otros más— I. En el armado de los hechos delictivos acreditados, faltan actores. ¿Quién entregó los datos de las víctimas? ¿Quién aportó la inteligencia para conocer, previamente, que en los cuatro sucesos acreditados hasta ahora, existían bienes, o dinero en moneda extranjera? Debe haber entregadores y, por el accionar, muy cercanos a las víctimas. Y otra cuestión, en cuanto al cuantioso efectivo en dólares, es si son bienes declarados o dinero por fuera del registro fiscal. Es de observar que hay bienes adquiridos por los integrantes de lo que —para la fiscalía, cuyo titular es Fernando Berlingieri— es claramente una asociación ilícita.
La banda de los cuatro —o tres, y otros más— II. Mauricio Di Norcia estuvo bajo el escrutinio judicial por entraderas, y es considerado en la calle un «señor» en el mundo de los rufianes. Agustín Suárez, por otro lado, estuvo procesado por portación ilegal de arma de fuego. Di Norcia había presentado, antes de las acciones por parte del fiscal Berlingieri, un habeas corpus en el Juzgado de Garantías 4 con el patrocinio de Lautaro Resúa. Algo había, o algo se estaba filtrando. Tal como señalamos aquí, hay algo más en juego de lo que ya figura en el expediente.
La banda de los cuatro —o tres, y otros más— III. A este grupo de personas o banda en asociación ilícita se llega por el aporte de un testigo de identidad reservada. Nuestras fuentes sostienen que es una cuestión de despecho, tal como pasó en el robo al Banco Río, o en el escándalo del «Boudougate» —por el ex ministro de Economía y ex presidente Amado Boudou— cuando Laura Muñoz, la ex esposa de Vanderbroole, reveló toda la trama como consecuencia de la falta de respuesta a sus reclamos de sostén económico tanto para ella como para su hija. Hablando de Boudou y su amigo y socio Núñez Carmona, estaban estos pillos en el deck del café Khersern de la calle Alem y tuvieron que meterse al local ante la miríada de puteadas que recibieron por parte de quienes pasaban por el lugar. Cosecharás tu siembra…