La historia de Jonestur —o «dejame los dólares, que te los cuido»—. Esa era la frase de cabecera de Oscar Rígano para acumular dólares que enviaban a Andorra, donde obtenían beneficios financieros de los que no hacían partícipes a sus clientes. Hay más de este asunto de tan feo olor: la investigación del Tesoro de EEUU sobre Jonestur y sus directivos se acelera ante la posibilidad de que la bolsa de 95 millones existente en el banco BPA de Andorra quede en manos de Oscar Rígano, Marisa Ramaglio y Fernanda García Navarro, ahora nuevamente socios detrás del botín. EEUU se arroga jurisdicción sobre el tema por la conexión que hay entre gran parte de ese dinero con las causas que cursan en dos estados de la unión americana que investigan al fallecido secretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, y los ciudadanos —vecinos marplatenses— Ortiz Municoy y Sergio Todisco, quienes eran sus valijeros y se encargaban de sacar el dinero de Casa Rosada e invertirlo en el exterior. Fue Jonestur de Mar del Plata la empresa que —a cambio de una comisión por encima de lo habitual— recibía los bolsos de Muñoz —de manos de Todisco y Municoy— y los colocaba afuera, triangulando con las cuentas de Andorra. El dinero no viajaba: era un pase electrónico. El abogado estadounidense que asiste a los ahorristas argentinos informa que, quienes quedarían comprometidos junto a los tres directivos de Jonestur, son aquellos que no hicieron su reclamo en Andorra, por la supuesta complicidad de la firma a la hora de lavar ese dinero. Una gran parte de los «supuestos» dueños del dinero de la bolsa, jamás se presentará: interpretan que es porque son transferencias que quedaron de esas operaciones de Daniel Muñoz, Municoy y Todisco.
El calderista y el hijo del camionero. Ansiosos lectores preguntaron por qué, en la edición anterior, no se dijo nada sobre esta emocional y fogosa relación entre dos actores del poder. A no exagerar: es calderilla. Tampoco es que, que dos amigos íntimos desde la infancia no salgan del placar, sea para tanto. El calderista está en baja: hay indicios de que sus impropias conductas podrían quedar expuestas en sede judicial. Será de ver.
En pausa y sin cambios. Hay muchos interrogantes al respecto de qué decisiones tomará el lord mayor de cara a estos próximos cuatro años. Todos los acólitos repiten, como un mantra: «y, cambios hay que hacer», pero nada se ve en el horizonte próximo. Seguir cuatro años así, es una locura, pero hemos visto tantas… Lo que parece venir, en rumbo de cambio, es la relación con la provincia: a su paso, el conductor del Clío, Carlos Bianco —empoderado nuevamente luego del affaire Insaurralde— pasó por la feliz y, en reunión híper reservada, dejó un mensaje.
Se sentía tan importante. A Pablo Santín el llegar a la Secretaría General de la UTHGRA local le cambió los esquemas en su alocada cabecita. Por caso, se creyó importante. Si tuviera comprensión de texto, le sugeriríamos que lea. ¿Qué leer? Por ejemplo, el extraordinario cuento sobre el poder de Jorge Luis Borges, El Muerto, ese impresionante texto que cuenta la historia de un malevo que llegó a la consideración de un caudillo en Uruguay y al que se le permitió todo, hasta de gozar de la mujer del líder. Aleccionador, tanto como la máxima que dice que jamás dejes audios que te expongan. Por caso, el audio que le llegó a Barrionuevo en el que Pablo dice que «el Luigi» ya fue, que es un viejo meado y algunas otras cositas más. Dejar los cinco dedos en la puerta, es de pésimo ladrón.