Despido y crisis I. El despido escandaloso de quien fuera «el administrador» de Florencio Ladrey Iglesias ha llenado de intriga la apacible vida de la aldea. Gastón Villegas se había transformado en la cara visible del Multi Ladrey y en su expulsión del paraíso brigantino hay de todo. Ya se sabe que, en la ausencia de información, la ficción febril gana las mentes: que se quedó con algún dinero, con mucho dinero, que es un tema de intimidades emocionales, etc. Cartas documento cruzadas y diálogos extemporáneos a los gritos de ambas partes y con el galaico personaje de 94 años amenazando con el peor de los destinos.
Despido y crisis II. A la crisis del despido de Gastón Villegas, le siguió un escandalete menor entre guainas en LU6. Parece que ya no hay paz en Brigantilandia. Aquella radio, que supo ser la decana, languidece lejos de las audiencias de la ciudad y provoca escándalos que no se registran con el tono de eras radiales. Lo que sucedió fue un gran entuerto entre la jubilable María Delia Sebastiani y una productora, que se dijeron de todo como «zafias verduleras», tal como rezaba el antiguo dicho popular. Obvio, la productora quedó fuera de la radio sin que nadie la defienda o haga por ella siquiera una cadena de oración.
Un ejemplo. La extraordinaria jornada vivida en el teatro Tronador —el mejor de la ciudad y, quizás, uno de los mejores de Sudamérica— con la presencia de Lito Vitale, el ensamble vocal Anacrusa, el coro del HPC y, obvio es, la figura de la noche, Abel Pintos, quien luego de una excelente interpretación de la Misa Criolla abordó su propio cancionero deleitando a lo que se da en llamar la «familia Abel». La transmisión en el formato de Paramount Inernacional que va por todo el mundo y por Telefé tuvo un baldón local (miserias humanas) ya que Canal 8 de Mar del Plata fue la única filial local del grupo que no lo emitió. En la multiplataforma que se ha montado desde El Marplatense se emitió por streaming, y las 80 familias de los coreutas marplatenses pudieron, entre otros miles, ver el notable espectáculo.
Una sentencia que da un antes y un después. La condena a Luis y Francisco Barillari por evasión en torno a los u$s 6 millones, en la cual también fueron condenados Jorge Calvo, quien se desempeñó como presidente y el contador de la empresa. Tuvo en esto un rol destacado la fiscalía ante el TOF que lidera el fiscal Juan Manuel Pettigiani, quien señaló en la FM 99.9: «la investigación comenzó en 2002 en relación a la firma Antonio Barillari. El tribunal después de un largo debate, terminó condenando a los responsables de la empresa, Luis y Francisco Barillari además de otro funcionario que estuvo como presidente, Jorge Calvo y consideró también responsable al contador Fernández en su rol de auditor de la firma». Señaló así mismo que es una barbaridad que la causa haya tardado 20 años en ir a juicio y abogó por la aceleración de los procedimientos.
Para el traste. Así le salió al pope de la UTHGRA local cuando llegó de cachito campeón a apretar al dueño del café Dino. La cosa viene por el despido de una empleada, decisión de la empresa si la misma así lo dispone y paga lo que el entuerto legal valga. En su mirada curiosa sobre los hechos, Santín parece creer que, como a su entender, los empresarios ganaron mucha plata, no puede haber despidos. Cuando llegó, se encontró con un grupo liderado por un tal «Turco Ventana». Para quitarse el polvo del miedo que pasó junto a sus escuálidos compañeros de bombo y gritería, acusa a un mendaz vendedor de fullerías en las redes de haberlo traicionado. En fin…