Malas lenguas 1475

Adiós a Jorge Bosco I. A los 86 años, luego de una vida plena en todos los sentidos, se fue Jorge Bosco, un impulsor de talla enorme, que buscó darle a Mar del Plata un lugar y un lustre que oscuras fuerzas que han dañado a nuestra ciudad por años, impidieron. No vamos a dedicarnos a ellos en este texto, sino de quien fue el presidente de la Liga Marplatense de Fútbol por 24 años luego de que, al volver del evento en el que se sortearon los mundiales de Rusia y de Qatar, analizó que una época había terminado y que era tiempo de dar un paso al costado.

Adiós a Jorge Bosco II. Fue el impulsor de la venta del predio del estadio General José de San Martín, lo que logró contra todo y más, especialmente, quienes se presentaban como sentimentalistas y apologistas del fútbol barrial inmaculado ante la voracidad económica de un dirigente que se atrevía a quitarle a Mar del Plata una de las vacas sagradas del servilismo sine die. Fue la venta del predio al grupo neerlandés Makro la que permitió que cada club de Mar del Plata tuviera dinero para su propio predio deportivo: las magníficas instalaciones que poseen muchos de ellos hoy, se deben a su mirada, en la cual siempre privilegió actuar a favor de los niños y los jóvenes. Su frase era: «un día a la semana, cuando menos, tienen dónde darse una ducha y aprender a comer como la gente». Quizá no se sepa, pero el Portal del Sol le debe todo a su mirada sobre los desposeídos y los desfavorecidos por el destino. Hay para escribir un libro sobre uno de los mejores dirigentes de fútbol del país, enamorado de Mar del Plata.

Inseguridad y una Mar del Plata sin zonas azules I. Los llamados «mapas de calor» no dicen la verdad sobre lo que ocurre: toda la ciudad arde y la estimación general de la población, es que no hay respuesta acorde. Un caso, es el de la detención de un joven que, unido a otro —u otros— ha estado aterrorizando a los barrios del norte de Mar del Plata. Diríamos: listo, está terminado el problema. Eso fue lo que pensaron los vecinos de La Florida, hasta que…

Inseguridad y una Mar del Plata sin zonas azules I. Un matrimonio mayor que vive en Candelaria entre Constitución y Cataluña despertó el sábado 27 para encontrar su casa devastada luego de un robo perpetrado mientras ellos dormían, reavivando una modalidad que ya había sacudido a varios barrios de Mar del Plata hace algunos años. Ante estos casos, vuelven las mismas preguntas: ¿cómo es que nadie escuchó nada? ¿los habrán dormido profundamente con algún gas, o algún otro método? ¿cómo es que ingresan rompiendo una reja y forzando una ventana, y nadie escucha nada de nada? En medio de estas preguntas sin respuestas, se profundiza la enorme sensación de abandono que embarga al ciudadano de a pie.

Un acuerdo con interrogantes. El que firmó el fiscal Mariano Moyano —con la venia de la Justicia de Garantías— para que los delincuentes Santiago Ovejero y Mariano Quiroga reparen el daño causado a una víctima a la cual la desapoderaron de sus bienes mediante el engaño de una relación con una mujer que hizo el papel de una de las denominadas «viudas negras». A la víctima le entregaron un auto que le fue decomisado a uno de los delincuentes y éstos se comprometieron a pagarle US$5.000, mitad en el momento de la firma del acuerdo, y el resto en enero. Nuestro interrogante: ¿cómo se entiende que estos dos personajes, con antecedentes frondosos, van a reunir ese dinero? ¿harán algún trabajo honesto? ¿o lo conseguirán de la única manera que lo saben hacer? Se toman apuestas.