La política ruge. En tanto el sábado 22 la política rugía en varios idiomas, con una indecisión e idas y vueltas propias del momento que atraviesa, es decir el armado de listas, los lectores nos acercan un universo de situaciones ordinarias que esperan solución o respuesta por parte de quienes, otrora, corrían detrás de posiciones en listas y hoy, ya ungidos del poder, sólo hacen su agosto para su bolsillo e ignoran sus deberes y responsabilidades para con sus votantes.
Si de cuestiones reales se trata. LLegó a nuestra mesa de trabajo lo que sigue: “Tuve a mi marido internado en el Hospital Interzonal General de Agudos, a consecuencia de una nueva operación de cadera que ya estaba programada. No se dan una idea de la falta de insumos que hay: faltan descartables, guantes, gasas,vendas,alcohol,ni hablemos de ropa de cama y almohadas; generalmente los familiares llevamos esas cosas. Pobres las enfermeras y los médicos, que hacen lo que pueden y como pueden. Como no podía caminar y por más que le llevé las muletas mi marido no podía bajar del segundo piso hasta la planta baja, fue todo un peregrinaje conseguir una silla de ruedas, hasta que por fin y gracias a la buena voluntad del personal de Emergencias, conseguí una prestada, que me dieron diciéndome: “Disculpe señora, pero ya ni sillas de ruedas tenemos. Le pido por favor que me la devuelva a mí y aquí mismo”. Luego de agradecerle eternamente, y de usarla lo más rápido que pudimos (por si llegaba un accidentado), la devolví inmediatamente a quien me la había prestado. ¿Hasta cuándo seguiremos escuchando sobre el despilfarro de dinero que realizan nuestros gobernantes de turno en cualquier estupidez, y nunca hay para lo que realmente se necesita?”. Aquí va para quien envió la carta una respuesta puntual: el responsable de este estado de desastre es el ministro Alejandro Collia, el mismo que viene a la ciudad a decir que el CEMA es “una genialidad de Pulti” .
Mucha ambición, poca dedicación. En las mismas horas en que se definía, en un juego literalmente siniestro, la conformación de listas, y en momentos en que Acción Marplatense se inclinaba por su alianza con el Frente para la Victoria, en la ciudad, el frio desnudaba el desinterés por el prójimo que exhibe esta administración. Nos relatan una vecina en el Facebook de Noticias & Protagonistas Radio: “En la noche del 13 de junio, algunas personas que habitan el edificio de San Martín 2661 salimos a la vereda y nos encontramos con una señora durmiendo en el porche de entrada. Le acercamos una frazada, comida, llamamos a la policía, pero dijeron que no podían hacer nada, al igual que Caritas, porque la señora es una indocumentada. Ella necesitaba albergue, no documentos, así que llamé al 107, donde me atendió el operador 819, que me dijo que ellos no pueden hacer nada, que llamara al 499-6259, donde jamás me atendieron. Volví a llamar al 107 y les informé que iba a llamar a los medios. Fue entonces que enviaron una ambulancia de Vittal, móvil 461 patente HJL 083. A las 22,30 se bajó el chofer de la ambulancia, y sólo dijo que no podían hacer nada. Le pedí su nombre, no me lo quiso dar. Amenacé con llamar a los medios y bajó uno de sus acompañantes, que tampoco me quiso dar su nombre, le hizo unas preguntas a la señora y se volvió a subir a la ambulancia. Le dije al chofer que esa señora podía ser su madre, y delante de todos los vecinos agrupados en torno a la mujer, me contestó que si tanto me importaba que me la llevara a mi casa, que él estaba perdiendo su tiempo y podían estar necesitándolo en una verdadera emergencia”. Indiferencia con mayúsculas.