Inconvenientes I. Son grandes los problemas que están atravesando los empleados de la UNMDP. Todo por un reencasillamiento que no fue correctamente concedido por las autoridades políticas y que coloca en dura situación a quienes litigan ahora ya sin esperanza. El gremio (APU) ha abandonado a sus afiliados y no afiliados, a los que ha obligado a cambiar de abogado; Javier Linier venía procurando por estos funcionarios, hasta que fue reemplazado por un colega suyo, Juan Pablo Gelemur, quien, con su inacción, provocó la caída de la demanda ante los tribunales federales de esta ciudad.
Inconvenientes II. Desde que en la 99.9 se hiciera público este mayúsculo escándalo que oculta acuerdos y conveniencias bajo el tinglado de las formas de la administración, se ha hecho silencio de tumba en el gremio que es conducido férreamente por una coalición de partidos de izquierda. En la resolución del juez de Cámara Jorge Ferro puede leerse: “quien no presentó el instrumento en término ha incurrido en torpeza y no puede purgar el vicio por su propia actividad posterior, ya que nadie puede innovar su propia torpeza”. Es decir: si no te ocupás y no hacés lo que debés, después no hagas cargo a los demás o le eches culpas al sistema.
Compraventa I. Es sabido que para pagar sus honorarios, los maleantes no van precisamente a trabajar para obtener el dinero que los profesionales que los defienden reclaman por su tarea legal. No es menos cierto que una defensa legal tiene un costo importante, más si trata de un estudio como el de César Sivo, que ha hecho fama de ser capaz de cualquier de defensa, por más atroz que sea el crimen. En este momento se está dilucidando la venta de un vehículo propiedad de Ariel Troncoso, imputado del asesinato de Melina Briz. El vehículo en cuestión fue vendido a Carlos Domingo Presa, de profesión vendedor ambulante, en treinta mil pesos pagaderos al contado. El tema es que el vehículo de marras tenía pedido de captura, por entenderse que es el vehículo en el que Troncoso llevó el cuerpo ya sin vida de Melina para arrojarlo en un campo aledaño a Balcarce.
Compraventa II. El vehículo en cuestión, un Volkswagen, apareció en el barrio Don Bosco, aunque el diario La Vanguardia de Balcarce señalaba que habría aparecido a pocas cuadras del estudio Sivo. Según surge del expediente, la transacción se habría realizado en el estudio Sivo, aunque el adquirente cambió su declaración, pasando de “en el estudio del abogado” a “lo hicimos en la puerta del estudio”. Más difíciles de comprender aun son las incorreciones que hay en el 08, documento clave en la compraventa de vehículos, básicamente en lo referido referidas a fechas, por lo que fue citado a declarar el escribano Juan Esteban Fernández Ferro. Memoriosos tienen presente que en los ochenta, cuando era habitual que se vendieran autos robados (doblados en la jerga), la documentación se certificaba en escribanías dando una pátina de compra de buena fe. Algo de lo que César Sivo sabe mucho. Mucho.