Nervios I. Ha sido una semana compleja. Pareciera que los dioses han decidido lanzar su furia sobre el intendente Pulti. El secuestro de Guido Materia, 8 circunstancias similares en lo que va del año, y 51 vecinos muertos han hecho explotar a la ciudadanía de nuestra ciudad. Gap/Perogrullo/Cospelito está en ascuas. Sus relatos mendaces ya no suenan a música feliz en los oídos de los marplatenses. Suena como es de esperarse: mal. Soberbio, arremetió contra María Delia Sebastiani, a quien calificó de “tener una mente perversa” por preguntar si las fuerzas federales y policiales anunciadas se quedan luego del 27 de octubre.
Nervios II. Suena increíble, pero los accionistas marplatenses no saben ya qué camino tomar. Perdieron en la elección del defensor del Pueblo con Juan Junakovic a la cabeza, y ahora resulta que que no quieren dar el brazo a torcer y buscan crear una instancia que haga rotativa la presidencia de la Defensoría del Pueblo, algo a todas luces inconstitucional. Ya al borde de tener que asumir que de 8 concejales quizá sólo repongan 2, o que hay riesgo de que sólo ingrese el infectólogo Ferro, lo que presupondría una derrota mayúscula, están para pedir recetario rosa para marchar ansiolíticos a discreción.
Escuchas. Se sostiene que en las escuchas del caso Materia hay elementos para suponer que los secuestradores fueron los mismos que intervinieron en otros casos en la ciudad, y en particular en el que sufrió el empresario de la construcción Roberto Fidel en la zona de la laguna de Ponce. Hay escuchas en varias causas que involucran a policías en actividades y relaciones poco claras con delincuentes de toda laya y marca.
Sobre prefectos y dinero público. Arribaron por segunda vez los prefectos a Mar del Plata. Tal como ya ocurrió, no podrán mejorar la seguridad. Hay impedimentos concretos a derecho para que así sea. En tanto, la causa que debió procurar Claudio Kishimoto, iniciada en junio de 2009, y consecuencia de un decreto emergencia que le permitió a Pulti hacerse de $27.764.990 que recibió para implementar el Programa Integral de Protección Ciudadana, ha vuelto a la justicia federal. El juzgado de Alejandro Castellanos no informa sobre el estado de la causa, que parece tener destino de prescripción.
Sobre dichos en la ciudad. Es un dato de la realidad la conmoción generalizada que provocan los episodios de inseguridad. Entre aquello que esta marea trae, también está lo que la gente escucha por aquí, ahí y allí. Vecino marplatense transita por calle San Martín hacia avenida Independencia; a la par, funcionaria policial en uniforme habla por celular: “Y sí, le sacamos quince mil pesos y lo dejamos ir”– dice la fémina de azul. Vecino apura el paso y toma distancia, no sea que la “milica” se avive de que la escuchó y lo ponga en situación de riesgo de vida. Otro caso: vecina asaltada en su hogar. Uno de los delincuentes le dice: “Apurate, danos la guita, que sabemos que apretaste el botón anti pánico, y tenemos 10 minutos hasta de que llegue la cana”. Asustada de muerte, la mujer escucha conversación telefónica que la sumerge aún más en el miedo: “Apúrense que en cinco llegamos”, les dice a los chorros alguien del otro lado del handy. Un aviso desde afuera dando el tiempo de arribo de la policía a su hogar. ¿Matzkin también limpiará esto, o hará como que no sabe?