La draga I. La gacetilla enviada a los medios dice: “Ya están en el Puerto de Mar del Plata la draga Xin Hai Beng y las barcazas Hang Bo 2002 y 2003, embarcaciones con las que se afrontarán las obras de recuperación de profundidad y ancho de los dos canales de acceso a esta terminal que llevará adelante el Consorcio Portuario Regional Mar del Plata con aportes económicos de los gobiernos nacional y bonaerense. Los equipos amarraron en la Base Naval en las primeras horas de la tarde de este domingo, donde desarrollarán las tareas de alistamiento previo para el inicio de la obra de dragado, que se pondrán en marcha en los próximos días”. Estas líneas son del 2 de febrero de 2014; la draga en cuestión llegó al país el 12 de enero. El barco que transportó la draga y las dos barcazas debió buscar un puerto con quince pies de profundidad y aguas quietas para bajar estos ingenios, ya que venían soldados al casco, fuertemente amarrados por lingas de importante grosor. Fue una maniobra compleja y todo fue llevado a cabo impecablemente. Salvo la impericia habitual del funcionariado lugareño.
La draga II. El 4 de febrero, la Gobernación anunciaba a los interesados directos, todos vinculados a la actividad portuaria, que el acto que pensaba protagonizar Scioli se suspendía sin nueva fecha. En verdad, hubo razones diversas; una de ellas, evitar que organizaciones y activistas dieran la nota ante el Gobernador. La presencia de Chacho Berrozpe en la Fiesta de los Pescadores logró correrlo de esa escena posible. Finalmente, Scioli estuvo en MDP y se sacó fotos para la gacetilla, junto a todos los que medran con llevarse algo del “éxito” que implica tener esta draga aquí.
La draga III. El equipo aún no opera por diferentes motivos. Conflicto entre el SOMU y Vías Navegables para dirimir qué personal argentino embarcado debe estar a bordo y, aunque parezca increíble, también hay un impedimento de Aduana que obstaculiza que el equipo llegado de China comience su tarea. Nadie, pero absolutamente nadie desde el 12 de enero se preocupó en hacer el procedimiento de desaduanización que le cabe a todo producto o equipo que ingresa al país. Hoy, pese al propósito del capitán chino de empezar a trabajar ya, la draga no draga. Irresponsabilidad, inercia funcional. Vagos o incapaces. La draga no draga.
Un auténtico escándalo. En cualquier sociedad que no esté atravesada por el estado de anomia que corroe a todos los sectores sociales de la comunidad marplatense, lo que revelan estas líneas deberían movilizar un reclamo fuerte y punitorio. La jueza Adriana Mabel Sardo se jubiló. Cumplió su tiempo de servicio público y se incorporó a la clase pasiva. En verdad, da para creer que ya había asumido la condición de pasiva hace un tiempo: dejó en los cajones de su despacho 117 expedientes sin circular. Sus colegas están tan sorprendidos que no saben qué hacer para resolver la cuestión o cuestiones salvando tiempo y forma. En algunos casos, tal objetivo resultaría ya imposible de lograr. En la función privada ameritaría una denuncia penal por los graves inconvenientes que con