El expediente oculto I. Está cajoneado, lejos de la vista de la sociedad. Es otro trasiego falaz de Marcelo Artime en complicidad con Perogrullo/Cospelito para complacer a quien sienten dueño de sus destinos. En una nota cuya copia está sobre el escritorio de esta redacción puede leerse: “Mar del Plata, 9 de enero de 2014. Presidente del ENOSUR, Arq. Marcelo Artime: Pongo en su conocimiento y consideración a la fecha, que la firma Emprendimiento Terminal S.A. y vencidos los plazos de las cédulas de notificación que obran en fojas 231 y 232 del presente expediente, no ha efectuado el pago de los Derechos de oficina en concepto de Análisis y Evaluación de Impacto Ambiental, establecidos en la ordenanza impositiva del 2013 artículo 25, inciso e, punto 23. Por lo tanto, la obra sita en las calles Alberti, Las Heras, Garay y Sarmiento se encuentra bajo apercibimiento del Artículo 23 de la Ley 11723″. La aprobación ambiental implicaría el pago de gabelas al Estado por doscientos mil pesos, que Florencio Aldrey Iglesias se niega a tributar. En consecuencia, sigue faltando en la obra mencionada la Declaración de Impacto Ambiental por parte de la autoridad ambiental municipal.
Asimismo, en abril del corriente año, personal de la Unidad de Poda del Dpto. de Arbolado Urbano, por indicación de las autoridades del ENOSUR, efectuó trabajos de poda en todos los ejemplares que rodean dicha manzana, en violación de la normativa municipal que establece la responsabilidad del frentista. Es decir que el Ejecutivo municipal no sólo no cobra lo que debe, sino que aprovecha y regala servicios a costa y cargo de los contribuyentes. Hermoso gesto.
Gorila lascivo. Fue en el palacio de tribunales, una mañana fresca de este invierno. Reunido un grupo de abogados que representaban a los municipales procesados por el escándalo de los carnets “truchos”, por el Estudio Perelló, la novel abogada Noelia Agüero; en representación de otros encartados, el abogado César Sivo, (a) “Gorila blanco”. Llevado por sus instintos primarios, Sivo se abalanzó sobre la novel letrada apurándola con frases de elevado tono que pusieron literalmente “colorada” a la abogada, que no atinaba a reaccionar ante tan impúdica y desconsiderada actitud por parte del colega. Los presentes pasaron vergüenza ajena y comenzaron a apartarse, sin decir palabra que salvaguardara el honor de la fémina ni pusiera fin al patético episodio. Otra mancha más para el tigre agorilado, que ya tiene el lomo más que cubierto.