Lejos de la verdad. Es un dato ya verificado por el ciudadano de a pie que la cadena de corte y pegue de falacias municipales alimentada con recursos públicos busca ocultar desesperadamente el decisorio del juez Simón Isaach que ordena reincorporar a un integrante de Tránsito a sus funciones, abriendo así la puerta a la reincorporación de todos los otros expulsados de tal área, incluido el ex compañero de ruta del intendente Perogrullo/Cospelito Juan Carlos Belmonte.
Lejos de la verdad II. Tan lejos de la verdad transcurre todo, que nadie parece advertir -a excepción hecha de este medio- que en licencias de conducir, el aire que se respira no es nada bueno. Por caso, veamos lo que revela una fuente calificadísima. “En Licencias de Conducir, según lo indica la ficha de entrada y salida del personal, cambiaron los horarios de atención al público. Estos datos revelan que se trabaja de 7 a 19, y no es así, toda vez que se atiende de 8.15 a hasta las 15″. La fuente sostiene que el personal se retira a las 15 y retorna a las 19 para fichar. Esto implica que, por orden del interventor Guillermo Iglesias, se le concede al personal cuatro horas extra sin trabajar. La fuente, un herido de esta contienda, señala: “Todos estos funcionarios que perciben horas extras sin trabajar, ¿no son parte de una defraudación acaso”. Agrega que hay un total de treinta agentes que están en lo que denomina “el arreglo”, al tiempo que asevera que el interventor (Iglesias) hace firmar todo directamente en la privada del Intendente, para cubrirse debidamente.
Lejos de la verdad III. Lo cierto es que hay imágenes, grabaciones de voz y una cuenta interesante: son treinta agentes, a cuatro horas, por día por veinte días al mes, suman unos dos mil cuatrocientos por agente, lo que da en bruto, sin cargas sociales, setenta y dos mil pesos por mes, o unos novecientos mil por año en acompañamiento y silencio a cargo del contribuyente. Perogrullo/Cospelito es caro, mas nunca el mejor.
Una vez más. Como si del Nobel en mediocridad se tratara, nuestra clase política una vez más se enzarza en el remanido tema del aumento del boleto. Como en cada ocasión, hay un concejal que tiene un estudio que da un valor distinto al precio que piden los empresarios, distinto al que pretende el Ejecutivo y, por supuesto, distinto del que desea pagar la clase trabajadora. La apreciación pública del concejal Abud de que “en el bloque hay quien vota a favor, quien vota en contra y quien se abstiene”, se llevó las palmas de esta payasada en la que el Intendente se esconde de la opinión pública buscando eludir su compromiso. No menor es el vodevil empresario /sindical que anunció suspensiones que se desdicen horas después, y trabajadores preocupados que se hacen sonrientes “selfies” en el recinto del Concejo. Triste, patético y repetido mal.