Jackpot I. Fue, volvió y venció. En el momento más duro de la caballada de GAP contra Vilma Baragiola, el edil Nicolás Maiorano se ausentó por un imprescindible viaje a Miami. Adujo que la impostergabilidad del mismo se debía a una promesa realizada a su esposa Belén; el amor y su espíritu de jugador en toda la cancha fueron más que las responsabilidades políticas. Se ve que vio bien cómo caían los dados en el paño verde de la política lugareña, porque al llegar se quedó con el premio gordo, y pasó de ausente a presidir el Concejo Deliberante, iniciando la primera sesión a la extraña hora de las diecinueve del miércoles 15. Curioso, para este curul que ha hecho del respeto al horario municipal una máxima santificada.
Jackpot II. Al tiempo que el Frente Renovador se lame las heridas por su torpe ingenuidad ante la promesa de “acompañen, que la volteamos a Vilma y van ustedes a la Presidencia del Concejo”, Gustavo Arnaldo Pulti se masajeaba vigorosamente el ego señalando: “ahora se les cae el discurso destituyente; ellos mismos reconocen que Vima era el problema”, un análisis tan acertado como cuando sostenía que la huida de Aprile de la Intendencia más la llegada de Katz le llenarían el camino de pétalos de rosas. En relación a sus posibilidades futuras, hay dos encuestas que circulan en medios políticos: una del consultor Carlos Fara, que le da al actual intendente la ilusión de un nuevo periodo, y otra que le da a Baragiola un margen de expectación hacia el comicio del 2015. Increíblemente.
Jackpot III. La destitución de Baragiola trajo al centro de la escena un reverdecer de voces. Un periodista vernáculo agitaba la idea de “la vuelta del Ruso”, léase Víctor Daniel Katz Jora, a los primeros planos. Efectivamente, el ex intendente, ex diputado nacional, ex hombre fuerte de la alianza radical/kirchnerista volvió a expresarse en público sobre la política local. Nadie sabe mejor que el propio Katz Jora que fue la alianza del grupo interno VARA con Baragiola quien arrebató el triunfo que podría haberlo llevado a Sergio Fares a la Intendencia. Para “el Ruso grande”, ¿habrá llegado la hora del plato que se come frío?
Corrupción. No hay otra palabra para describir a la justicia federal de Mar del Plata. Su universo por definición es el de la corrupción y las prácticas mafiosas. Así queda certificado una vez más en la declaración realizada ante escribano público y vertida en la Cámara Federal por el fiscal federal de cámaras Juan Manuel Pettigiani, donde queda certificado el rol de Claudio Kishimoto como instrumentador de las maniobras en contra del juez Pedro Federico Hooft. La declaración enfoca de lleno el rol de Daniel Adler en esta conspiración mafiosa digna de ser perseguida criminalmente. Tarea para los años venideros.