Malas lenguas 903

Agenda vieja I. Hace un tiempo, el intendente Perogrullo/Cospelito anunciaba que la agenda vieja de la ciudad estaba finiquitada y que se abría una agenda nueva. Este verano se lo ve al Intendente en fotos con los hermanos Trujillo -¿habrá algo más viejo y trillado?-, la ciudad avasallada por hordas de “trapitos”, y polución visual de la peor, porque la generan actores que no respetan las normas de explicitación publicitaria de la comuna. Las “sombrilladas” para oponerse al límite que imponen los balnearios concesionados por la comuna o particulares, según corresponda, también son una agenda vieja que entre bambalinas agita la misma administración.

Agenda vieja II. Que se den situaciones como las que se vivieron en los balnearios del sur que están en manos de la familia Peralta Ramos pone en foco la falta de criterio y capacidad de la comuna para actuar en circunstancias ya conocidas. Todos los años pasa lo mismo. El estado de indefensión en que deja la administración a los concesionarios es un caso de estudio: el propio poder concedente que exige mediante pliegos inversiones, luego no protege la calidad de la inversión.
Y ya que de playas se trata, fue visto días atrás en Playa Grande Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas. Al anfitrión, Sergio Goransky (a) “el Mono”, no le viene mal ser atento con un influyente de La Cámpora con conexiones en el poder.

Sobre influencias y complicaciones. Goransky siempre se manejó por una cuerda política vinculada al PJ. Y le es útil: el verano pasado, la AFIP fue fuerte contra Sobremonte; allí hay cargos para el contador José Luis Gallinal, quien armaba la parafernalia de contratos truchos y mecanismos de elusión y evasión impositiva. Gallinal es, o era, además, el contador de Ergo, súpermercado mayorista que cuenta, o contaba con Goransky como socio. Las acciones de la AFIP en relación a Sobremonte produjeron ondas varias que impactaron en los negocios de Goransky, y quizá sean la madre del extraño borrego que lo instala como anfitrión de Recalde, tan gentil que hasta le cedió su cochera en el complejo.

Ausencia absoluta. El brutal aumento de impuestos locales y provinciales no parece ser de utilidad para la comunidad. Vecinos reclaman por un perro suelto -dogo- en la calle López de Gomara al 4100. Llamaron insistentemente al municipio, incluso, al despacho del Intendente. Al parecer habría concurrido personal del departamente de Zoonosis, que no lo quiso agarrar porque el animal está en posición de ataque. La policía también acudió y dice que nada puede hacer, que si no muerde no se puede intervenir. Igual que con Victoria Montenegro: si el perro no te muerde, o te mata, sólo se contempla la escena. Qué tranquilidad.