Sin cruceros I. Por más que Rodolfo “Manino” Iriart jure y perjure que ésta es la más extraordinaria temporada de la historia, para el gobernador Scioli concluye con el sabor amargo de un verano más sin ingreso de cruceros al puerto de Mar del Plata. Inaugurada en 2102 a un costo de 30 millones de pesos que se embolsó la contratista Coarco, la terminal es un dato maldito de la gestión Scioli. A inicios de esta temporada, al informarse que el canal principal ya estaba en su calado máximo, el Gobernador urgió a su gente en la ciudad para que por lo menos ingresara un crucero antes de que concluya el verano. Nadie se animó a explicarle que además del canal principal hay que dragar la boca interna del puerto, y que para esa actividad no había presupuesto.
Sin cruceros II. Puestos en esta situación, los dirigidos por Scioli se pusieron a buscar alternativas. Una vez más les sugirieron usar la draga Mendoza -que no por nada llamamos desde este medio “la draga que no draga”-, y otra vez, cuando debía ponerse a trabajar, la Mendoza se rompió, con lo cual no hay fecha para el dragado interno y por lo tanto no hay posibilidad de ingresar crucero alguno. Los sueños, sueños son… Lástima que algunos cuestan tan caro.
Conflicto. Una vez más salta a la palestra el conflicto por los bienes históricos en Mar del Plata; en este caso, por un chalet declarado de interés patrimonial en Libertad al 3400. Los dueños, en vez de pasar por el tedioso trámite que busca autorización de la municipalidad, directamente demolieron su propiedad. Ahora todos gritan y anuncian acciones penales. Pregunta: ¿qué ley se violó?, ¿en qué afecta la decisión sobre un bien privado la acción de sus propios dueños? Por más que se hable de mandas constitucionales, nacionales y provinciales, no hay leyes de patrimonio en la Argentina que permitan sostener una denuncia penal a derecho. Otra fantasía para entretener.
Quesito ahorrativo. Quizá porque alquilar carpa todo el verano en playas del Sur sea más bien carito, quizá por reflejo de andar aprovechando cada oportunidad, el fiscal federal de cámaras Daniel Adler adquirió recientemente vistoso cero kilómetro. Bueno, nada extraño para un matrimonio que reúne en ingresos públicos más de cien mil pesos por mes, y que ya va colocando a sus hijos bajo el paraguas protector del Estado, cargos mediante. Ahora, comprar un cero kilómetro con el plan Pro Cre Auto… es ya como mucho. Auténtico “codito de oro”, don Daniel aprovecha todas las oportunidades al máximo. Quizá porque, como se escuchó en reciente reunión de cófrades de Justicia Legítima, ¡apuren muchachos, que esto se termina!