Malas lenguas 913

Entre la sangre y la tinta I. Esta semana se conoció que finalmente se libraron órdenes de detención para dos individuos que serían encartados como responsables del asesinato del taxista Luis Severian. Siete años han pasado desde que le quitaran la vida; se quemaron gomas, se anunciaron planes e inversiones en seguridad, pero nada ha cambiado, tal como permite advertirlo la realidad que nos circunda. El intendente, haciendo gala de su ya aburridora perorata, señaló: “reclamamos respuestas; si no las hay, habrá que hacer cambios”. Guau… una vez más, palabras, palabras y palabras para el intendente que acumula récord tras récord de muertos en Mar del Plata, hoy distrito provincial más violento que Quilmes. Eso sí: defendió a Adrián Alveolite y echó una malévola parrafada para, según dijo, “funcionarios judiciales que persiguen a quienes combaten los desarmaderos en la ciudad“.

Entre la sangre y la tinta II. Es que GAP/Perogrullo/Cospelito está escaldado de cómo le va en la justicia. Lejos de su foto con Fabián Uriel Fernández Garello, los fiscales actúan como corresponde y procuran a derecho: tal como eufemísticamente se dolió GAP, “hay una investigación en contra de funcionarios iniciada por un conocido abogado de la ciudad”. Y sí, hay una investigación en marcha por abuso de autoridad y falseamiento de documentación pública que recae sobre Alveolite y su compañero de trapicheos Eduardo Bruzzeta, por haber demolido una vivienda aduciendo que era un quiosco de la droga. La causa viene fuerte, y los elementos volcados en la misma son de extrema gravedad. Que Alveolite use el sistema de corte y pegue de gacetillas para señalar que a él el intendente ya lo defendió, y “está todo claro”, no cambia la naturaleza del proceso judicial. Con foto o sin foto con Fabián Uriel.

Entre la sangre y la tinta III. El sistema de corte y pegue trabajó horas extras, liderados por Juan Pablo Uriona, compañero de ruta del también beneficiario de la pauta del intendente Luis María Stanzione. Dieron espacio a las declaraciones mentirosa de Matzkin,Pulti  y Alveolite, hablando una vez más de cambios en comisarías, como si eso fuera a solucionar en algo lo que ocurre en Mar del Plata. Tan burdo es todo, tan de decorado berreta y efectista, que en el centro de monitoreo, en momentos en que hay prensa o actos, contratan gente que va a sentarse frente a las pantallas haciendo como que trabajan. Un escenario grotesco y mendaz. Sangre y tinta, una mezcla atroz.

El hijo del verdulero. Francisco “Cacho” Pagano, co-pope de La Moneta, es vecino de humilde origen. Memoriosos recuerdan cuando de niño ayudaba a su padre en la verdulería. Dicen que era otro, sin arrogancias vanas. Hoy, pese a los tropiezos que casi a diario sufre junto al grupo que el abogado Rubén (a) “Chuli” Vespa define como “Los invencibles”, demora pagos a los inversores, en tanto relata grandezas en su carácter de dirigente del club Unión. En fecha reciente, un inversor de doscientos mil verdes (black type) reclamaba al hijo del verdulero por su capital una vez más. Luego de darle largas, le señaló que tenía que esperar porque hay mucho bardo y que no podía por ahora. Sin hesitar, al tiempo que anunciaba sin ponerse colorado que no tenía los verdes para reintegrar, solucionaba telefónicamente el contrato de un jugador de fútbol por ciento cincuenta mil pesos por mes. Mucha verdura… y alguna fruta también.