De acomodos y mendacidades I. Lo que viene ocurriendo en el fuero federal de Mar del Plata es digno de Ripley. La designación de Pablo Larriera como fiscal ante el Tribunal Oral Federal (TOF) causa estupor a entendidos y legos. Larriera tiene por antecedente ser secretario del juzgado federal de Dolores. Fallido en dos ocasiones en el examen para fiscal de primera instancia -salió en los puestos diecinueve y veinte en cada ocasión-, sin embargo goza de la protección del todavía fiscal general de cámaras Daniel Adler, que maneja poder discrecional para distribuir cargos a su antojo, contrariando cualquier criterio de lógica. Adler toma así en subrogancia un cargo que le cubra las espaldas en el juicio a la CNU, en el cual viene para atrás.
De acomodos y mendacidades II. La designación de Larriera escalda a toda la comunidad del derecho, aunque no tanto como lo provocara la designación de Santiago Inchausti en el TOF en reemplazo de Néstor Parra, quien ya culminó sus trámites jubilatorios.En el otro tribunal de primera instancia, del que el juez Alejandro Castellanos migra a Salta como juez de cámara, Rodolfo Pradas sería el reemplazante como subrogante. Él cree merecerlo; después de todo, es quien metió preso a Gustavo Demarchi; tal como le dijo a un abogado de la matrícula en 2011: “yo sé que en esa causa no hay nada, pero ya me puse el traje”. Aún lo espera, aún lo ambiciona.
Gritos en la noche. Nadie que se respete seguiría publicando las citas mendaces que urde la usina de injurias y calumnias del intendente GAP/cospelito/Perogrullo, intentando limar al elegido por la sociedad como campeón contendiente para asumir la intendencia en diciembre. Alguien debería avisar que la cantinela de la dictadura está como agotada por el abuso discrecional que se ha hecho de una historia que siempre debió ser respetada y sacralizada.
Video viral. Corre por las redes y causa furor. Expone a Pulti siendo candidato de Mario Roberto Russak compartiendo con dirigentes de la época como Fernando Álvarez, quien tuviera por slogan “el concejal de Russak”, una idea de Marcelo Artime que sepultó la vida política de Álvarez. Aquí está:
Desasosiego. La manipulación informativa por la cual se busca proteger a Cristian Arroyo, militante del FPV, de sus responsabilidades en el siniestro vial en el que arrolló a un trapito de cuarenta años, es escandalosa. Para distraídos, advertir diferencia de tratamiento en el caso de similar naturaleza que involucra a Lalo Ramos, integrante del PRO. Si eso no es tomar partido, ya no sabemos más nada.