Cuitas del poder. Era un desafío darle de baja al contrato con Florencio Aldrey Iglesias por el uso de oficinas en Capital Federal. Carlos Aramburu le puso el mocho a la decisión, para encontrarse con la novedad de que Gustavo Arnaldo Pulti, en tanto no pagaba obras sociales de empleados municipales, sí le pagaba por adelantado con cheque al día al galleguito emprendedor la cifra de 334.000 pesos. Salas de salud sin recursos, escuelas en estado de completo abandono, deudas por todas partes… pero el bolsillo de Florencio llenito, bien llenito. Por las dudas.
Un final apocalíptico. El estado general en que el sciolismo ha dejado a la provincia de Buenos Aires es catastrófico. Lo ocurrido con el manejo de Zona Sanitaria VIII es tremendo, y debería ameritar la atención de la justicia en lo penal. Gustavo Rodríguez devastó el área, usaba vehículos de la repartición como propios, negaba insumos, y, frutilla del postre, ahora se halló un depósito lleno de elementos que hacen a la tarea de emergentología. No debiera ser una mera cuestión administrativa.
Furioso y protegido. Así está el ex secretario Adrián Alveolite, que twitea a diario denunciando autos en doble fila, baches y otras cuestiones, así como agravios a actuales funcionarios. Quien acumula, junto a su compañero de ruta el ex responsable de Inspección General, Eduardo Bruzetta, récord de causas penales, se siente protegido. Es que a seis meses de apelado su sobreseimiento por los fiscales de la Fiscalía 10, el tribunal integrado por Madina / Dominella/ Angulo duerme la definición procesal, ganando tiempo para facilitar la prescripción. Clave en dar largas al asunto es la secretaria del tribunal, Andrea Verónica Zarini, vocal suplente de Justicia Legítima Mar del Plata, que entiende muy bien eso de “estar alineados”.
Fallido. Es un sobreviviente de la espantosa desgestión provincial de Daniel Scioli. Ignacio Crotto sigue siendo funcionario de Turismo de la provincia. Nada brillante, por cierto, las razones de su continuidad son un enigma. Muy lerdo o muy rápido, según se mire, había organizado una reunión de secretarios de Turismo de la costa atlántica en el Hermitage. Enterados que fueron los partícipes, se armó una batahola de aquellas, y la reunión finalmente se concretó en Cariló. Hubo caras largas y reproches varios. Dormir con el enemigo siempre tiene riesgos.