Malas lenguas 965

De poder y acoso I. Alta, morena, atractiva. Policía. Esta funcionaria (guardamos su nombre para no revictimizarla) trabajó en la DDI Mar del Plata hasta junio del año pasado. Le iniciaron un sumario por abandono de servicio y por eso requirió ayuda legal, con lo cual además de un tema administrativo, existe una posible denuncia penal contra los dos jefes de la DDI. Según fuentes confiabilísimas, la mujer fue sometida a acoso y propuestas variadas por Darío Torres durante seis meses (enero a junio de 2015). Las situaciones fueron desde obligarla a permanecer constantemente en su despacho (cosa que no correspondía a sus tareas), sugerirle poses o relaciones inapropiadas con terceros, hasta el ofrecimiento de comprarle un auto, o alquilarle un departamento. Ante la permanente negativa de la mujer a estas propuestas “amistosas”, Torres empezó a ponerse un poco más agresivo, y pasó del cariño a amenazarla incluso con un traslado. Abrumada por este acoso, la funcionaria sacó carpeta psiquiátrica, lo cual que dio pie a que le iniciaran un sumario administrativo. El poder siempre ejerce violencia administrativa como primer acto en concreto, ante la no realización de sus deseos.

De poder y acoso II. En forma paralela a la situación de esta funcionaria, surgieron denuncias anónimas por parte de otras agentes de la DDI, en las que se relataban un modus operandi similar al padecido por aquella. Estas denuncias motivaron la intervención de Asuntos Internos, que se presentó en la DDI para tomar declaraciones a las posibles víctimas… ¡en el despacho de los denunciados (Torres y Segovia)! Obviamente, todo quedó en la nada. Luego, ante una segunda denuncia anónima, citaron a declarar a cinco de las funcionarias, mientras Torres comentaba, sugestivamente, que “le habían metido” una denuncia por acoso días antes de que las chicas fueran citadas por Asuntos Internos. O tiene la bola de cristal, o alguien de Asuntos Internos le avisó. Amén de ello, Darío Torres hace gala de su relación con el fiscal general Fabián Uriel Fernández Garello, y el otro involucrado, Segovia, de la que sostiene con el fiscal Mariano Moyano. Ambos se sienten protegidos, y hasta ahora la protección es efectiva. Veremos hasta dónde avanza Asuntos Internos con la investigación.