Malas lenguas 975

Cruces  en el Concejo. Los que se generaron entre integrantes del universo K/AM. La intención de Marina Santoro de “parrillar” a Vilma Baragiola con el accionar de la Secretaría en la cobertura a las personas en situación de calle, la llevaron a unir esfuerzos con la ex patinadora Claudia Rodríguez, para juntas ir por Baragiola. Pero chocaron con el concejal Marcos Gutiérrez, que tiene excelente relación con la secretaria y no se prendió al juego de usar las miserias y necesidades de la gente para hacer barullo político.

Tiempo de distensión. Es el que vivían el viernes en horas del mediodía en Café Martínez de La Rioja y Luro el concejal y soñador con ser candidato a intendente Santiago Bonifatti y la diputada provincial Fernanda Raverta. El largo momento entre ambos, dicen los testimoniantes que les veían, hacía pensar en una relación personal intensa más que en una charla política. La gestualidad de Raverta, de estilo más bien rígido, estaba desbordada de intensidad hacia el pequeñín curul del accionismo marplatense. Quizá interrogada al respecto, Raverta diga, como Vicky Donda “y, yo me expreso así ante una máquina de café. En este caso sería una mini máquina, una maquinita.

Tensiones. La presencia de Agustín Cinto en el palacio municipal tensa las emociones. Se le atribuyen dichos, se le critican actitudes y se cuestiona cada aparición suya en el multimedios. Días atrás, corría como reguero de pólvora que Cinto habría bajado el pulgar a una incorporación pretendida por el propio Intendente, que podría haber fortalecido el sector arroyista de la gestión.  En fin, intrigas palaciegas que nada tienen que ver con aquello para lo cual fue diseñada la política: para servir al soberano.

De velocidades y actitudes. Nadie ignora la admiración del intendente Carlos Fernando Arroyo por el general alemán Erwin Rommel, más conocido como “el “Zorro del Desierto”, aunque sus críticos le dicen “Monty” -el apodo del general inglés Bernard Montgomery, que con sus tropas conocidas como “las ratas del desierto” derrotó al germano en El Alamein-. La cita viene a cuento de la crítica interna que recibe Arroyo por la lentitud en tomar decisiones cruciales para la administración y el tiempo que le da a los detalles. Los tiempos de “Monty” Arroyo exasperan a sus secretarios, que suelen reclamar ante terceros tiempos más breves para resolver cuestiones prioritarias. Y bueno ya lo dijimos: Arroyo es Arroyo, jamás será río o curso rápido de agua que baja de la montaña.