La jaula de las locas. Fue un encuentro que bordeó la estupidez. Escucharlo al exintendente Gustavo Arnaldo Pulti en la reunión de los accionistas marplatenses celebrada en el club River anunciar que están preparados para volver, es sencillamente un acto de fe mesiánica o una literal tontería, sin otro asidero que el puro voluntarismo. Para Pulti, el camino de rendir cuentas a la justicia recién comienza, y la caja de Pandora que abrirá la auditoría de asfaltos se los va a llevar puestos a él y a Santiago Bonifatti como a José López, pero sin bolsos a la vista. En el escenario actual, la confusión que genera a diario la cadena de corte y pegue más el multiLadrey provoca la fantasía del retorno. Sin embargo, deberían prestar atención a los comentarios que deja la gente en esos medios: la palabra LADRÓN es la más utilizada cada vez que la referencia al exintendente aparece en la escena mediática.
De infamias y persecuciones I. Los días 2 y 3 de agosto declaró ante el tribunal que juzga la denominada “causa CNU” Gustavo Modesto Demarchi, quien expuso por diez horas antes de someterse al interrogatorio de la querella, que fue de pobre a penoso. Un abogado de la querella confundió la conducta propia de los jueces de la recusación con excusación. ¿Menor? No, patético el nivel de la representación de la querella, que extrañó la presencia siempre circense del narcoabogado César Sivo.
Yendo a los dichos de Demarchi, señaló, entre otros conceptos, que el testigo Casales es un instructor de testigos, que incluso se lo pudo ver increpando a otros testigos junto con un grupo de gente asistente al juicio. Que Casales, junto con Soares, sostuvieron que él (Demarchi) se había entrevistado con Elizagaray para advertirle sobre su hijo. Luego declararon los hermanos de ¨Pacho¨ Elizagaray, pero esta vez pusieron la advertencia en boca del Coronel Valín, quien fuera jefe de inteligencia del Ejército y participara del asesinato de Prats junto con el terrorista Ciga Correa -cuyo defensor fuera Roberto Atilio Falcone-. Valín, al decir de uno de los hermanos Elizagaray, habría advertido a su padre que su hijo estaba en una ¨lista¨, cuestión previa a la muerte de Piantoni y lo que ella en teoría habría desatado en términos de venganza. “¿A quién debemos creerle?”, se preguntó Demarchi, “¿a Casales y Soares, o al hermano del difunto?”. El párrafo, extraído de las diez horas de declaración, no es menor, sino que es clave para entender la trama de los retorcidos manejos de los jueces Falcone, Parra y Portela, a los que se sumó luego Daniel Adler, para incoar esta tremenda aberración jurídico política.
De infamias y persecuciones II. La declaración completa puede leerse en el blog del juicio a la CNU, y es casi una trama de intrigas propia de una novela. Aquí no hay literatura, lo que sí hay es abuso de poder y manipulación de los hechos a vista y paciencia de todo el Poder Judicial federal de Mar del Plata, con la correspondiente complicidad del Ministerio Público Fiscal federal hasta sus más altas instancias. Por lo que implica, es todo un interrogante si el tribunal que integran Víctor Bianco, Elvio Osores Soler y Luis Imas está a la altura de las circunstancias de decidir a derecho y conforme a la verdad develada en este extensísimo plenario.