Cartas echadas. En un ir y venir de pactos, la UCR local decidió ir a internas exhibiendo por un lado la alianza entre el concejal Mario Rodríguez y el diputado -y ahora secretario general del Comité Provincia de la UCR- Maximiliano Abad, y la lista que lideran Vilma Baragiola y Nicolás Maiorano, lo que expone la hondura de la fractura del VARA. La tensión es enorme, y hay prohibición, literalmente, de conversar o intercambiar un “me gusta” en las redes sociales entre actores de las diferentes listas. ¿No será mucho?
Diferencias. Las que le hacen sentir desde la Gobernación al intendente Arroyo casi a diario, hasta en gestos que pueden parecer menores. Por caso, el hecho de que las reuniones con los sectores de la pesca se hayan llevado adelante en el Museo MAR, de las que el jefe comunal no fue informado ni tampoco invitado. Si bien se guardan las formas, es obvio que la dinámica de la Gobernación difiere fuertemente del modo en que se lee la realidad en la ciudad. Estas lecturas de ex profeso retorcidas -como atribuirle a Arroyo falta de interés en participar de la reunión con Macri en Tecnópolis, o la deformación de la idea de sancionar a quienes arrojen basura de manera indebida, transformándola en una amenaza a los vecinos- revelan otra vez la falta de comunicación política entre las distintas jurisdicciones, lo que complica todo torpemente.
Reuniones. Antes de la llegada de la gobernadora Vidal, estuvo en Mar del Plata el ministro de Justicia provincial Gustavo Ferrari. En el ámbito que propició el presidente del Colegio de Magistrados, Ferrari se reunió con los jueces de garantías de este departamento judicial, y les solicitó trabajar sobre el paradigma de los derechos de la víctima. Llamó la atención lo modosito que estuvo el juez garanticida Juan Tapia, quien recientemente trató de “imprudente” al presidente Mauricio Macri por sus opiniones respecto de la libertad de Daniel Oyarzún, el carnicero de Zárate. Tapia sólo habló para pedir un teléfono de contacto directo con el Ministerio, sin decir palabra de su pensamiento.
Esa boquita. El juez de garantías Juan Tapia señaló acerca de los dichos del Presidente sobre la situación del carnicero Oyazrún: “Es absurdo creer que una persona puede recuperar la libertad porque es ‘honesta’ o es ‘buena’. Parece que muchas veces pueden tomarse en cuenta consideraciones clasistas de estratificación social”. Obvio es que Tapia habría dejado preso a Oyarzún, y que su criterio no es, ciertamente, estar atento a los derechos de las víctimas.
Yo primero. Así lo planteó Mariano Retrivi a las puertas del Museo Mar, cuando se negó a participar de la reunión con la gobernadora Vidal junto al resto de las organizaciones empresarias del sector pesquero. Retrivi se atribuye haber logrado que la Gobernadora se reuniera con el sector para imponerse de los hechos, y pidió su parte en la movida. Hay aquí una cuestión clave, y es la necesidad de demostrar poder: que la hasta ahora poderosa cámara que reúne a los tres grandes del sector deba esperar turno, no es una cuestión baladí. Habrá que ver si a la hora de las efectividades conducentes, la primacía exhibida se demuestra eficaz para obtener beneficios para el sector. .