Malas Lenguas

Malas lenguas 845

Crónicas del final I. En estas jornadas, tanto por Facebook, como porTwitter y en medios locales, puede leerse a diario el plañidero dolor por el final largamente anunciado del diario El Atlántico, desaparición de la que se tenía evidencia de que ocurriría de cualquier modo desde hace ya dos décadas, más exactamente desde que el diario dejó de interesar a Héctor Ricardo García, luego de su etapa de mayor esplendor cuando lo poseyó y dirigió Carlos Lorenzo Cañón.

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Malas lenguas 844

Escenas de finales de año. Llega diciembre y se multiplican las aperturas de nuevos locales gastronómicos, los eventos de toda naturaleza y los encuentros sociales. En la semana que pasó, tres concitaron mucha atención: la vuelta de la prepaga Medifé a Güemes, frente a la Plaza del Agua, la feria navideña del Museo Castagnino, organizada por la Asociación Amigos del Museo que preside Sonia Fava, y una convocatoria de IMEPHO por la presentación de porcelanatos españoles, que convocó al “tout” Mar del Plata.

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Malas lenguas 843

Cambios. Aunque en la semana se intentó colocar una historia, un relato se diría, sobre las posiciones internas en el manejo del Concejo Deliberante a partir del próximo 10 de diciembre, dichas cuestiones están resueltas por Vilma Baragiola.

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Malas lenguas 842

Los invencibles. Así se celebran ellos mismos. Alzan sus manos y brindan por su invencibilidad. Habitualmente lo hacen en reuniones muy privadas. Son cuatro (no confundir con La banda de los Cuatro que lideraba la viuda de Mao) y son del centro y los barrios altos de Mar del Plata.

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Malas Lenguas 841

Ciberpatoteros I. Pululan, y son la armada subterránea de AM. Los hay de todas las edades y están segmentados. Escriben en Facebook bajo nombres e identidades falsas, ídem en Twitter, pegan afiches truchos, pintan paredones con leyendas denigrantes o consignas falsas.

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Malas lenguas 840

Destino peligroso I. La Autovía 2 se inauguró con los mejores auspicios. De inicio sobrestimado, se le llamaba Autopista 2. Luego se fue corrigiendo, y se impuso finalmente el nombre correcto de autovía. Su curso presenta defectos varios: curvas de radio impropio para la circulación a velocidad media de los vehículos de hoy, sectores que drenan mal la lluvia y provocan el ya famoso “aquaplaning”, o, para decirlo en criollo, los autos con algo de lluvia se van “como chorizo en fuente de loza”.

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