La sangre derramada
Argentina vivió tres décadas en las que la violencia armada fue el instrumento para la acción política. Se buscaba imponer el derecho por la fuerza, que, tal como enseñó Sarmiento, es el derecho de las bestias. Esa violencia comenzó a ser juzgada con el histórico juicio a los ex comandantes en 1984, impulsado por el ex presidente Raúl Alfonsín, y se detuvo luego de la asonada de Semana Santa liderada por Aldo Rico, dando lugar a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.