Latigazos en el templo
“Jesús subió a Jerusalén y halló en el templo vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y cambistas sentados. Hizo un azote de cuerdas y los echó a todos del Templo” (Sn. Jn. II, 13-22). Como aquél mensajero de la paz, la Iglesia argentina parece ahora dispuesta a devolver golpe por golpe a los nuevos fariseos de la sociedad.