Más dolor que el que se admite
A diario la humanidad se conmueve con la agenda internacional que se nutre de los desastre naturales, accidentes espectaculares, acciones violentas de los hombres en guerra, y conflictos de baja o media intensidad. El goteo violento que se lleva vidas se extiende como reguero de pólvora, hasta tornarse un cotidiano que lleva a la insensibilidad. Tanta insensibilidad, que parecería ser que mediatizadas por el cine o la televisión, las historias pierden realidad o relieve humano.