Dos crímenes, un mismo odio

La muerte por asesinato de Iryna Zarutzka de 23 años, ucraniana que, huyendo de la guerra, vivía en Estados Unidos, por parte de Decarlos Brown quien le atestó una puñalada en el tren interurbano de la ciudad de Charlotte en Carolina del Norte; y el asesinato de Charlie Kirk, un hombre joven, ídolo de la derecha estadounidense, de un disparo que le atravesó la sien ante miles de personas; abrieron el debate sobre la violencia política y la crueldad imperante en esta época.