De amparos y jugarretas

tap987

Es un universo complejo, para la sociedad, el de la justicia. La base misma del Derecho abreva en el sentido común: por eso, la blitz del juez Alfredo López contra un sistema, el de la justicia federal en la ciudad, que intenta entumecer todo intento de investigar los ataques sufridos por el Presidente y la Gobernadora, logró un eco sin antedecentes en fenómenos autoconvocados por cuestiones vinculadas a la Justicia: 2.500 personas abrazando y aplaudiendo a un juez, y cantando a viva voz el Himno Nacional completo (en dos oportunidades), en una tarde gélida de agosto, es esperanza en estado puro.

De lo ocurrido hay crónica veraz y también crónica para el ninguneo, como en los medios del anciano aldeano de Lugo, que pretendieron bajarle el tono y la calidad a esta expresión popular. Lo que está ahora en la superficie y ante todos es la magnitud de la organización ilegal montada por actores de la era K en la ciudad, que involucra a dirigentes como Pablo Galarreta, Roberto “Chucho “Páez (maestranza de casinos), el guevarista Mario Puche, y la coordinadora de todos estos grupos, la dirigente de Acción Marplatense Débora Marrero, señalada por el diario Clarín como objeto de un informe de inteligencia por las acciones llevadas a cabo en Mar del Plata contra el presidente Macri y la gobernadora Vidal.

El artículo de marras fue el que provocó las acciones coordinadas del fiscal general de cámaras Daniel Adler y el abogado (ex funcionario pultista) Leandro Laserna de presentarse, en fin de semana, a denunciar al juez López por la utilización de servicios de inteligencia, aduciendo una grave afectación del buen nombre y honor de la dirigente de AM. Nicolás Czizik, el fiscal que tomó la denuncia, no estaba de turno; el turno le correspondía a la cuestionadísima Laura Mazzaferri. Sin embargo, Czizik accionó, y le adjudica la responsabilidad última a Adler, quien, según Czizik, lo habría obligado a los gritos telefónicamente (para ello el fiscal general de cámaras lo nombró fiscal subrogante por sábado y domingo, ya que Mazzaferri estaba en Capital Federal). Claro que Czizik podría haber actuado como un adulto y plantarse para no ser parte del juego, pero parece que todavía no se recibió de grande.

Tal como queda expuesto, toda la situación tiene aún capítulos por desarrollar. La denuncia de Marrero debería servir para avanzar en el entramado de grupos y personas que interactúan en Mar del Plata coordinadamente buscando ganar la calle y mantener la presión sobre el actual gobierno. La investigación que planteó López y bloqueó Mazzaferri buscaba precisamente eso: introducir, por primerísima vez, la mirada de la sociedad, ejecutada por la justicia, sobre este armado que desde la política trapichea millones de pesos al bolsillo de unos pocos, y no para cambiar la suerte del conjunto.

El ataque al Presidente y a la Gobernadora en nuestra ciudad es altamente significativo, tanto por la magnitud de los hechos como por la dinámica de los mismos. El silencio del FPV al respecto, y el acompañamiento silencioso de los ediles del FR no son una casualidad. En el marco de las acciones en contra de la violencia de género, la procuradora general Alejandra Gils Carbó compartió tribuna con Malena Galmarini en CABA, al tiempo que Elisa Carrió pidIó se abra la investigación sobre los ex jefes de Gabinete, incluido Sergio Massa, esposo de Galmarini. Ausencias y presencias en el masivo acto de apoyo a López no son casuales, sino causales. Ya no hay en la sociedad argentina lugar para la duda: se está con la corrupción, o contra la corrupción, y cada uno tendrá que dar testimonio de en qué lugar se ubica.