El arribo de Hernán Mourelle a la Secretaría de Hacienda de la comuna de General Pueyrredón trajo como saldo menor la critica secuencial a la condición de “no marplatense” del secretario. Una de los reproches habituales es señalar que, terminada la gestión Arroyo —que algunos actores locales dan por finita en diciembre de este año—, Mourelle se irá de la ciudad y el próximo intendente deberá cargar con las consecuencias de las decisiones clave que se han tomado estos años.
Es curioso. A algunos de los que llegan los travisten de marplatenses rápidamente, y a otros se le toma prueba de origen a diario. En la administración comunal, un cargo clave es la contaduría municipal. Se trata de un cargo de ley, que no se resuelve por concurso sino por delegación directa de responsabilidades del intendente de turno, aunque requiere el visto bueno del Honorable Concejo Deliberante.
Al jubilarse Oscar Arango fue designado en este importante cargo Guillermo Costanzo. Venía de un breve trayecto en el EMVIAL al frente del cual estaba Santiago Bonifatti. Así se dejaba un cargo clave para la administración en manos de un militante kirchnerista cuya historia política, sin ser muy fecunda, es sumamente activa. Costanzo ve y actúa en su cargo con criterio político.
De una, al asumir Mourelle, se transformó en su némesis. Sin ir al detalle de las controversias que pueden perderse en temáticas técnicas, Guillermo Costanzo goza de cobertura mediática y política evidente. Es la fuente de las infidencias que se vuelcan en el multi Ladrey y la media digital canalla. Desde la tribuna de la procuración administrativa comunal, lleva a diario una intensa actividad política.
No llegó virgen políticamente a Mar del Plata. En Lobería ocupó cargos políticos y fue candidato a concejal, asumiendo la banca en 2008. En ese momento se generó una situación que el muy prolijo Costanzo evita citar. Lo curioso, es que este escándalo en que quedó envuelto está en perfecto conocimiento de algunos de los ediles de más larga trayectoria en la política local.
Los hechos se dieron, como señalé, en 2008, cuando Costanzo percibió salarios públicos por tres cargos: destajista, secretario técnico del consejo escolar, y concejal. La denuncia la hizo el abogado y curul de la UCR en esa época, Francisco Néstor García.
En el caso de la banca que ocupó en el Concejo Deliberante de Lobería, el denunciante señaló que sólo concurrió a retirar el cheque, sin haber asistido nunca al Concejo. Costanzo expuso en un medio local su defensa aduciendo que la denuncia era política, y que todo lo actuado —es decir, cobrar en simultáneo por tres cargos públicos—, era legal y legítimo. Lejos de ello, el denunciante ratificó todo lo expuesto y lo documentó citando el articulo nº 53 de la Constitución Provincial, que fija expresamente que no podrán acumularse dos o más empleos a sueldo en una misma persona.
Un dato curioso: Francisco Néstor García ofreció, al momento de la designación de Costanzo, toda la documentación que claramente habría invalidado la misma, por carecer de las condiciones morales y éticas exigidas para acceder a un cargo en el sector publico. Quienes recibieron la misma eligieron, hasta hoy, callar. Hay mas cómplices que los que el común de los mortales podemos ver.