El paso de Facundo Manes por Mar del Plata trajo un nuevo capítulo de declaraciones del diputado nacional en las cuales proclama que «es la hora de lo nuevo». Como un pastor de una rama no declarada de la cientología, la neurología, quien habla de los caminos del cerebro se apodera de las almas cual si fuera un astrólogo en la Edad Media.
Se trata de un curioso caso de discurso de recién llegado que oculta su pasado político, tal como parece ser de estilo hoy. Sergio Tomás Massa fue UCD; el feudal gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, fue UCR. En este listín de notables no pueden faltar los ex ministros de Economía Silvina Batakis —ex Franja Morada de Económicas de La Plata— y Martín Guzmán. Tanto los nombrados como otros de prieta lista han navegado las aguas procelosas de la política argentina en sociedad con distintas variantes del PJ, socios a veces incómodos y la más de las veces concurrentes en los negocios de lo público.
Retornando a nuestra aldea, el diputado participó de las carnestolendas locales de los treinta años de Franja Morada, en la que algunos muy conocidos y otros no tanto se autocelebraron por los tiempos pasados y cantaron a cuello el «vamo’ a volve’, vamo’ a volve’ como en el 83». ¿Más patético? Sólo en teatro de revista con Moria de primera figura.
La convocatoria fue bajo el lema «menos rosca, más empatía» y se desarrolló en Brewhouse fabrica, con Manes como figura convocante. La idea de unir a Manes con una marca comercial, y la idea de la empatía, tuvo por actor primus interpares a Diego Garciarena.
Es curioso: para algunos, nunca hay redención; otros, purgan sus pecados —reales o imaginarios— toda la vida. Garciarena fue pre candidato a intendente por el kirchnerismo y asesor de Carlos «Cuto» Moreno en la reforma del Consejo de la Magistratura que le dio el manejo absoluto al kirchnerismo de esta institución de la república por más de una década. Su brillante carrera en esa facción política lo llevó a ser funcionario de Gabriel Mariotto en la legislatura de la provincia cuando éste era vice de Daniel Scioli. Del alto cargo que ocupaba, salió eyectado mal: el día que lo cesaron, daba a entender que era para ir a ocupar un alto cargo en el Tribunal de Cuentas, lo que nunca sucedió.
Hoy, ocupa otra vez un lugar de relumbrón en el escenario político, y lejos está de la mirada de la sociedad. El auténtico interrogante es ¿qué cambió? ¿Qué es lo nuevo que ofrece Manes si el ir de un lado al otro del escenario político no tiene costo? No es sólo Cristina quien a desfondado a nuestro país.