Estamos en camino a las PASO. Se definirán posiciones y, en muchos casos, ambiciones. Gustavo Arnaldo Pulti hizo de dar el mensaje de un cambio copernicano en el sistema de salud su apuesta de valor sumatorio de votos más importante; tan importante, que su candidato a concejal en cabeza de lista es el médico infectólogo Alejandro Ferro.
Esta lógica ha llevado a quienes compiten con Acción Marplatense por el mismo nicho de votos, a buscar una línea de impacto crítico a la gestión, poniendo en boca de la directora del Hospital Interzonal General de Agudos, Susana Gómez, el liderazgo de esa crítica al sistema municipal.
Creo que ante el elector, flaco favor se han hecho. Gómez representa la ineficacia, la incapacidad llevada a extremos que vulneran los derechos humanos básicos de la población de algo más de un millón y medio de habitantes que integran la Zona Sanitaria VIII, a los que debe servir.
Gómez, en el articulado que armó con Adela Segarra -hoy diputada nacional, próximamente senadora provincial- reunió a los concejales del FPV con el propósito de fijar un piso crítico a la gestión de salud comunal, ergo, al candidato Ferro. Y tiene con qué, porque, tal como venimos señalando desde la 99.9 y desde este medio, las falencias son evidentes, y la distancia entre el relato del intendente y los hechos, que hacen a lo que sufre el ciudadano de a pie en el sistema de salud comunal, es abismal.
No hay día en que no se anuncie alguna novedad “fundacional e histórica” en el sistema municipal. Anuncios que luego no se traducen en realizaciones. Es obvio que Pulti y sus funcionarios mienten. Ahora, ¿eso le da a Susana Gómez autoridad para ser quien lleve la voz cantante de la crítica por lo que pasa en el sistema municipal? Si ella no puede dar respuesta por los horrores que se perpetran en el HIGA, por su pésima conducción, pese al esfuerzo de médicos, camilleros, enfermeros y demás actores de este sistema público… Debería al menos tener el decoro de quedarse callada.
El 21 de julio, y bajo el título La pesadilla, transcribimos en primera persona el relato escalofriante de Francisco Omar Rodríguez ante la muerte de su hermana Mabel, internada en el HIGA y fallecida allí en completa soledad y sin asistencia profesional al momento del deceso. También son dignas de tenerse en cuenta las expresiones de los profesionales del CICOP, que denuncian falta de medicamentos oncológicos o deficiente alimentación a los pacientes.
Pero esta semana escuchamos y publicamos un testimonio brutal en su honradez. Fue el médico y cirujano cardiotorácico Marcelo Martínez Peralta quien apuntó: “El nuestro (HIGA) fue el primer servicio que hizo cirugía cardíaca en la provincia, sacando la Clínica de Tórax de La Plata. Todo con el esfuerzo de los profesionales que lo iniciaron. Nunca tuvo el apoyo de una decisión política importante. Deberíamos estar haciendo dos o tres cirugías por semana”. Y remató, por si quedara alguna duda: “en esta mitad del año no hemos hecho prácticamente nada por la ausencia de un aparato que se rompió. Se mandó a arreglar, pero no consiguieron el proveedor adecuado, y todo terminó en que había que comprar otro. Uno nuevo sale 80.000 dólares, pero se puede conseguir usado a 8.000 dólares, en perfecto estado. Sin embargo, la Provincia no puede comprar usado; entonces las trabas burocráticas conspiran”. Y sí, conspiran, en tanto Susana Gómez hace política de campaña señalando la paja en el ojo ajeno y haciendo como que la viga en el propio es apenas un granito de arena que el viento llevó hasta ahí.