La votación sobre tablas de un proyecto de la Federación Universitaria Marplatense —inspirado en los mejores principios— es otro ejemplo de iniciativas flojas de papeles que terminan recibiendo el aval de la corporación política local.
Al cubrir la aprobación del proyecto, el medio que se identifica con el prefijo telefónico de la ciudad lo destacó como un cambio frente a la política represiva y moralista en torno al consumo de drogas. A ver: moral, y represión… más de izquierda, no se consigue. La moral es una construcción social. La represión, es el arma del Estado en el marco de una necesaria organización social. Ambas buscan lo mismo: darle a la sociedad, de una u otra manera, un escenario de desarrollo que tienda al bien común.
Plantear que la moral y la represión son elementos que buscan demonizar al otro es ferozmente mendaz. No se trata de qué hace o cree cada uno: las drogas destruyen a la persona y arrastran a las familias y sus entornos a un infierno sin esperanzas ni alivios a la vista.
Quien habló al respecto en una entrevista para la FM 99.9 fue el concejal Daniel Núñez, señalando que el proyecto de la FUM busca promover el conocimiento de los riesgos que implica el consumo y apuntar a los jóvenes que, por miles, vendrán a la ciudad en el verano para participar, particularmente, de las llamadas fiestas electrónicas.
Hasta ahí, todo bien. Ahora, lo que no es sensato, es que el proyecto se haya votado sobre tablas sin que nadie supiera exactamente qué contiene el cuerpo de la ordenanza. Se señaló que el proyecto contó con el aval de la Secretaría de Salud de la comuna. Vaya garantía. ¿Lo habrá evaluado Bernabei entre partidos de paddle —su pasión al día de hoy—? Alguien debería ser capaz de dar explicaciones con conocimiento, y no admitir que votaron sobre tablas, a la bartola.
Entre los juegos de guerra con armas electrónicas que se compran por internet y ordenanzas que se votan a lo loco sin sentido ni conocimiento, estamos ante un escenario muy triste y peligroso.
Por suerte hay gente que en lo suyo sabe qué hacer y cómo responder a un cargo público: una muy buena ordenanza inspirada en el trabajo de Austín Neme ha permitido traer inversiones privadas a la Plaza Mitre al tiempo que el gran trabajo de Constanza Adiecchi sigue poniendo en relieve el valor histórico de ese importantísimo espacio público. No es difícil: es trabajar, y poner la cabeza a favor de la sociedad.
Los vientos fuertes han derribado semáforos y columnas de alumbrado con mucha suerte, sin que nadie haya resultado lastimado o, peor, muerto. No hay una política de mantenimiento sistemático de los bienes públicos, por dejar de lado el vandalismo por parte de los hinchas de Alvarado y Aldosivi que se manejan a sus anchas arruinando el equipamiento urbano de la ciudad.
El mismo sistema político que quiere imponer una nueva moral pública y generar una política de seguridad, no parece poder con sus responsabilidades más mínimas: que la ciudad no sea un chiquero en constante estado de derrumbe.