La presencia intempestiva de un grupo de funcionarios de la comuna en el Concejo Deliberante pretendiendo exponer al respecto de su buen nombre y honor, trajo al escenario un tema clave sobre el manejo de la administración en temas sensibles. Pablo García, secretario de Gobierno; Manuel Regidor, vicepresidente de OSSE; Leda Tidone, vicepresidente del ente de vialidad y alumbrado público; José Luis Castorina, titular de Planeamiento Urbano; y el cuasi convidado de piedra presidente de OSSE, Mario Dell O‘lio, llegaron en grupete con el diario La Capital bajo el brazo reclamando ser escuchados en relación al desarrollo del complejo “Las Prunas”.
El 14 de diciembre de 2014, y bajo el título “Las Prunas, un negocio del poder”, iniciábamos una serie de publicaciones para poner en foco este irritante tema, que en esencia coloca a actores del poder político, funcionarios de Gustavo Arnaldo Pulti, bajo la lupa precisamente por su vinculación con este emprendimiento. En particular los citados tienen, pese a su declamada honestidad, actitudes y actos funcionales que exigen explicación, y no sólo que se les escuche como damiselas ofendidas. El único que está fuera de este escenario es el presidente de OSSE Mario Dell O‘lio, presente allí por la apretada que vía telefónica le hizo el intendente -fuentes de enorme crédito aseveran que los gritos de Pulti se escuchaban a distancia del celular, para que Dell O‘lio se hiciera cargo del despelote que él mismo había iniciado-; la actitud de pichicho con el rabo entre las patas del ingeniero presidente impactó mucho.
Los nervios de Pulti son la consecuencia de sus propios juegos de poder. Le gusta la foto con Tinelli y Florencio, pero se queda en un sofoco cuando a tenor de la vinculación de Francisco Pagano y Rubén Fumaroni con Las Prunas, coloca todo en un escenario en el que la fragilidad y la suspicacia se mezclan con el lavado de dinero.
El intendente hizo de la detención de Mariano Castelluci una blitz mediático-política, al intentar pegar a la UCR local con el narcotráfico. Dijo: “Me duele que Mar del Plata sea noticia por estas cuestiones”. Que La Capital pegue a sus funcionarios con Las Prunas, sociedad que integran los titulares de La Moneta, le complica el discurso mentiroso que lo destaca. Está claro que Las Prunas es un proyecto inviable para un grupo económico financiero que, liderado ideológicamente por el abogado Julián “Chuli” Vespa, ha creído que se puede pasar por encima de todos y de cualquier circunstancia eludiendo a como dé lugar acciones y responsabilidades formales y funcionales.
Sobre la presentación de los funcionarios, intempestiva y prepotente, la concejal Cristina Coria dijo en la 99.9: “Nos obligaron a atenderlos y a cambiar de lugar la reunión para escucharlos”. Una patoteada digna de los grupos violentos que manejan Pulti y su señora esposa en ocasión de presionar al Concejo Deliberante. Quedó claro que el rol del secretario de Gobierno Pablo García no es neutro: es socio de Las Prunas -un dato objetivo, y aunque él alegue ser un socio menor, como abogado sabe que socio significa SOCIO-, y además reemplaza con su firma a José Luis Castorina cuando éste está de licencia, con lo que ocupa el rol de quien niega, concede o cabildea por el expediente.
Mucho por explicar, no alcanza con ir con prepotencia a “ser escuchado”.