La semana concluida develó una vez más la distancia entre el sentir del ciudadano promedio, algunos medios de accionar mafioso, y dirigentes y políticos que atrasan, en este tiempo en que la sociedad pide cambios más allá de quién utilice el término como marca política.
Señalé en una columna anterior que el secretario de Hacienda municipal Hernán Mourelle es un elemento disruptivo en la ciudad, pues está ausente de compromisos previos o participación en facción alguna. Esa sola condición explica el nuevo esquema para Torneos y Competencias en el contrato del Torneo de Verano. En una columna plagada de inexactitudes, Vito Amalfitano, columnista del diario La Capital, ponía en boca del organizador de eventos de TYC la expresión “nos echaron de Mar del Plata” –Alex Ganly marró un par de décadas en el uso del diario del coruñés como instrumento de presión para mantener el statu quo-. Primero amenazó con llevarse todo a Mendoza, mutó rápidamente a un “nos vamos al Estadio Único de La Plata”, para finalmente chocar con la realidad que lo trajo en lienzos menores a reconocer que debían resolver el entuerto y acordar en una negociación los términos que impone el municipio local.
Esta semana hubo de todo, porque el nuevo esquema que el intendente banca ciento por ciento tiene un objetivo clave: que la ciudad marche hacia la autosustentabilidad operativa. En esa premisa se incluyen la quita de exención de tasas a teatros, a clubes de fútbol y convenios varios, incluido el de la provisión de combustibles a los patrulleros.
Y con este último tema saltó una interna compleja, que pone en el centro de la escena a Cristian Ritondo. En una reunión mantenida en el palacio municipal, el secretario de finanzas municipales Hernán Mourelle exhibió el intercambio de textos con el subsecretario de Legal y Técnica del Ministerio de Seguridad Ignacio Greco, que sin duda fueron parte del sustrato de la medida articulada entre ambas jurisdicciones.
Greco es un hombre que viene de la Metropolitana -hoy fusionada con la Federal-, y le fue impuesto a Cristian Ritondo con el objeto de ordenar el gasto operativo en la fuerza. La reacción de fastidio de Ritondo frente a la decisión de dejar de proveer combustible para los patrulleros, le resulta inexplicable al municipio, toda vez que Ritondo no podía ignorar las comunicaciones entre Mourelle y Greco – y si así fuera, va más de salida que de entrada del gabinete de Vidal-.
Fastidio intenso también en el Gabinete con el jefe de los pitufos, Fernando Telpuk. Se señala que haber explicitado públicamente la situación de cambio de paradigma en el tema combustible para los patrulleros produjo esta situación enojosa sin sentido, que incluye retiro de vehículos cedidos a la comuna, guardias en centro de salud y la estratégica custodia al predio de disposición final.
Queda sin cerrar el tema de la tasa a los teatros. Sobre tal asunto circula un whatsapp falso atribuido a María Eugenia Vidal que tiene todos los condimentos para un escándalo de aquellos.