En la construcción de una carrera, de cualquier tipo, lo aconsejable es ir por lo que se sabe y conoce. No está bueno actuar en defensa si se tiene capacidad para ser delantero. Aun el que nada entiende, se da cuenta del beneficio de jugar en el puesto para el que se está capacitado.
Los que se enojan por el espacio que el intendente Arroyo da a la cuestión de Tránsito, no advierten que ahí encuentra un punto fuerte para su representación pública. Dedicó tres conferencias de prensa a presentar nuevas grúas, equipo de control de alcoholemia, y reinicio de una campaña que la anterior gestión abandonó para hacer controles en los lugares de diversión nocturna. No es que no advierte otros ítems que desde dentro de la propia administración se entienden como más urgentes e importantes; es que busca hacer pie en lo que sabe.
Integrantes de la alianza multi casual que llegaron con Arroyo a la intendencia siguen sin comprender su circunstancia .No lo votaron por sus dotes en economía, o su genial expertise en administración pública: lo votaron como la contrafigura perfecta de quien por ocho años devastó la hacienda pública hasta niveles jamás conocidos.
La prédica pública de los accionistas marplatenses y sus coequipers del FPV ante cada hecho político es hilarante si se mira el pasado reciente. Preocupa en función de que en semanas, o meses, el pasado será relativamente valorado en cada debate que se dé en la arena pública y ahí comience a funcionar el aquí y ahora. La urgencia del día por encima del análisis del escenario completo.
Es obvio que la ciudadanía tiene agenda abierta y pendiente, pero no debería permitirse que dicha agenda sea manejada por una oposición que, siendo oficialismo, creó esta situación de demérito que Mar del Plata vive hoy. Queda claro que fue el ex intendente quien avaló los balances amañados para dar continuidad al servicio de recolección de residuos, aunque no es menos cierto que el Concejo Deliberante lo votó sin mayor cuestionamiento, lo que debería hacer que más de uno se mire bien el ombligo antes de abrir la boca. Lo mismo ocurre con el festival de módulos que permite y comparte el actual presidente del cuerpo legislativo.
Es que en tenor de lo que auténticamente importa a la ciudadanía, hay temas que son difíciles y dolorosos .Todos comparten un esquema de poder que se negocia por debajo de la mesa lejos de los gritos altisonantes de los medios locales. Gritos; bah, gritillos, como los del edil de AM Santiago Bonifatti, que apunta a criticar el cobro de aranceles en el EMDER y polideportivos.
Quizá, si no hubiesen vaciado la comuna como lo hicieron, hoy nadie pensaría en arancelar.