Hay una sola certeza: la gobernadora María Eugenia Vidal hizo una puesta en escena desbordada e innecesaria visitando el diario La Capital, entregando una plaqueta al director propietario, permitiendo que éste la guiara por las instalaciones tomándola del brazo, al tiempo que sus esbirros mediáticos twiteaban la imagen como quien exhibe una pieza de caza en la pared.
Vidal sorprendió a propios y extraños con su giro, al codearse con un hombre que suele decir que el hotel Hermitage tiene dos veredas: una para imprimir las manos, y otra para arrodillarse a pedir perdón. Nadie alcanza a saber el porqué de una presencia que poco de inocente tiene, pero es bien evidente que las manos de Vidal no lucen estampadas en la vereda que da al frente costero de la ciudad.
El 4 de enero de este año, en la reunión que compartió con el gabinete del intendente Arroyo, Vidal señaló que nada tenía que ver con el gobierno anterior, y que ese nada que ver se extendía a la relación con Aldrey Iglesias, por lo que el giro desagradable e inesperado para buena parte de la población atenta de Mar del Plata, es, cuanto menos, difícil de entender. Tampoco es, como dicen en las redes los escribas de Aldrey, que su amo ya ganó, y que el intendente fue derrotado miserablemente en una batalla que duró un solo round. Lo cierto es que Vidal concurrió a la guarida de quien la sociedad marplatense considera jefe de una mafia vomitiva y nada de ello puede ser en beneficio de esta comunidad.
Al Hermitage han ido Suárez Mason, Massera, en su condición de integrantes de la logia P2; políticos nacionales como Menem, Scioli, y toda clase variopinta de buscas del poder y la política, más un largo listín de intendentes que entregaron el voto popular a las manos de este actor del poder que hace de banca sólo aquí, en nuestra triste aldea urbanamente extendida.
He sido requerido en muchas oportunidades con la pregunta: ¿en quién creés? Invariablemente respondo: “si está en la puja del poder, en nadie”, lo que siempre me ha puesto a salvo de la decepción. Nadie puede explicar porqué Vidal ayer dio un paso que obviamente perjudica al intendente. Todas las fuentes habituales dan explicaciones sin sentido, más ligadas a la fantasía de cada uno que a la realidad de la lectura política de la provincia y de la ciudad.
Dirigentes del PRO en reunión de la Quinta Sección Electoral en Rauch este sábado, se hacían una y otra vez esta y otras preguntas. Quién armó esta relación, en nombre de qué actores e intereses, todavía no se ve. Lo que sí se ve es que Vidal mutó en su conducta política, y produjo un acting gravoso para los intereses de la ciudad.