En la sesión del Honorable Concejo Deliberante del pasado jueves 30 de Mayo, el edil Santiago Bonifatti anticipaba su negativa a votar la rendición de cuentas del ejercicio 2018 señalando: “acompañar esta rendición de cuentas sería avalar este modelo de gobierno que no sabe fijar prioridades, que no hace obra pública, y que mira para el otro lado en materia de Educación, Cultura, Desarrollo Productivo e Innovación, cosa que no vamos a hacer”. Los dichos del curul ex accionista marplatense son negados por la realidad en materia de obras y actividad cultural en la ciudad. Sus argumentos sólo sirven para un intercambio de opiniones en el contexto de la política, ámbito en el cual mentir es tolerado, y hasta valorado.
Lo increíble es que lo diga suelto de verba quien fue responsable del área vial en General Pueyrredon en el segundo mandato de GAP y quien dejó a la ciudad abandonada a su suerte en materia de calles y asfaltos. Al asumir la actual gestión, el 85% del equipamiento de vialidad estaba fuera de servicio, el crédito para adquisición de granza estaba cortado, y calles en las que se había hecho el fresado para reasfaltar —entre ellas, Peña, Tucumán, Juramento y muchas otras más— quedaron sin recapar por meses, hasta que la actual gestión lo pudo resolver. Bonifatti dejo 77 calles sin asfaltar en compromisos establecidos por contribución de mejoras. Un dato: las cuadras comprometidas tenían un valor de $300 mil por cuadra. Hoy, ese valor está en un millón por cuadra. El repago en 72 cuotas no compensa en nada lo invertido.
Santiago Bonifatti sigue perorando porque la auditoria de asfaltos no se hizo como se debía. Si no, hoy estaría rindiendo cuentas en sede penal. Estamos hablando de cuadras enteras sin basamento, sólo tierra negra debajo de una delgada capa de cemento o asfalto negro que duró la nada misma, a caballo de un sistema comunicacional corrupto y mediocre en el que se dice cualquier cosa sin rubor alguno. En estos días el EMVIAL lleva adelante la obra en la calle Génova al 7.000 volcando 140 toneladas de asfalto. La obra fue prometida por el ex accionista marplatense. Promesa de campaña rápidamente olvidada.
No es Bonifatti. Es un sistema que ve la política como un espacio donde se puede decir sin consecuencias, sólo para cubrir el momento y seguir adelante. Los sistemas políticos se han vuelto auto satisfacientes. Ser legislador local, provincial, o nacional permite cambiar de vida, no cambiar la vida de la gente. La vida de la gente cambia cuando se asfalta una calle, se pone en valor un dispensario de salud, se pagan salarios en fecha.
Algo así ocurrió durante esta semana cuando la directora de la escuela Nº 33, Claudia Luengo, salió a reclamar por obras que, según denunció, no se hacían desde 2015, llevando a que los escolares debieran tomar clases tapados con frazadas para paliar el clima, todo publicado en el peor criterio de corte y pegue por los medios locales. En la 99.9, Luengo reconoció que el deterioro venía de años y no, como buscaba instalar, “desde 2015”.
Medios sin criterio, aventureros de la palabra dispuestos a mentir y engañar, forman un combo explosivo que tiene más que ver con las reglas de la ficción que con el periodismo. Un sistema de mentiras como método político.