Mar del Plata vive un estadío de rebelión cívica en paz que irrita a la gobernación de ideología marxista que tiene a Axel Kicillof como mandante a turno en la provincia.
La decisión de los vecinos en todas sus variables: comerciantes, deportistas, o simples caminantes, ha sido la de actuar en beneficio de la sociedad y mantener los negocios abiertos, asumir las actividades diarias, e ignorar la fase 2 del semáforo ilegal de sometimiento que intenta aplicar la gobernación.
Desde el inicio fue Mar del Plata la que marcó el enfrentamiento con los diktat gubernamentales, la del “perchazo” de los comerciantes en Güemes y San Juan, de los surfers en nuestra bravía costa que se lanzaron a cabalgar olas y decir “basta de incoherencia”. ¿En qué libro de medicina dice que estar en el océano, a solas, sobre una tabla, distribuye el virus, este u otro?
Es en nuestra ciudad en donde más se ha avanzado buscando una definición jurídica sobre la irracionalidad de mantener cerradas las escuelas, buscando transformar el país en un gigantesco campo de concentración, cual gulag del soviet. Queda claro hoy que el gobierno provincial manipula las estadísticas a su antojo: cambiaron los parámetros para abrir escuelas en el gran Buenos Aires y mantuvieron a Mar del Plata en fase 2.
La lógica es que la ciudad de la rebeldía merece ser castigada. La manipulación es sórdida y, como ya es de estilo, nada inteligente. Lo que hicieron, fue manipular los números. Para entender, se puede apelar a un muy práctico conjunto de datos que brinda el diputado provincial Lucho Bugallo: “¿Cómo? Para pasar de Fase 2 a 3 y poder abrir los colegios, el número de contagios cada 100.000 habitantes debe estar por debajo de 500, según el protocolo de los brillantes científicos de Alberto Fernandez. Lo cierto, es que los números hoy están muy por encima de esa cifra. El truco fue cambiar la forma de medir esa tasa, cambiado la fecha de reporte/apertura (la fecha en la que alguien solicita turno para hisoparse), por la fecha de contagio, que es una fecha estimada en función de la aparición de síntomas”. Así se genera un bache. “Un bache de datos de 5 días para que las ‘estadísticas’ ahora digan que hay 401 contagios cada 100.000 habitantes en el conurbano. Humo. Verso. Relato”.
La conducción soviética de la provincia de Buenos Aires se asoma al precipicio. Creen que nos matan. Advierto: se suicidan.