Marcando el camino hacia 2027

Es un hecho: Montenegro ya se fue. El nivel de decepción está a la vista: el 54% del padrón no votó, o votó en blanco. Los números son elocuentes: sólo el 23% del electorado votó a Montenegro. El 16% a Raverta.

Se trató de una elección en la que ninguno de los dos habló de la ciudad, sino de otras cosas. Quienes sí hablaron de la ciudad, y fueron a por los motivos que conmueven al ciudadano de a pie, fueron quienes recibieron la atención del ciudadano en las urnas. En ese sentido, el retorno del ex intendente GAP es una noticia nefasta.

Habrá que hacer mucho para poner los parámetros de vuelta en su lugar: el mismo individuo que aplastó la vida económica de la ciudad, que se travistió de candidato vecinalista a Sciolista, luego kirchnerista y ahora kicillofista, corona una elección que dio sorpresas.

Este escenario aumenta los riesgos que supone la renuncia de Montenegro a la intendencia, ya sea para ocupar su banca en el Senado o —como se especula en los medios de CABA— para asumir como Ministro de Seguridad de la nación. Hablo de riesgos porque están contando la lana antes de esquilar y ya había cabildeos al respecto de que asumiría como jefe de Gabinete —figura en realidad inexistente, pero es lo que se ponía en su boca— Emiliano Giri para, desde ese rol, armarle el gabinete a Agustín Neme.

En los últimos días antes de que se celebraran los comicios provinciales, se afirmaba ya sin cortapisas en los cafés de la manzana de las sombras que el resultado sería de ocho concejales para La Libertad Avanza, cuatro peronistas, y cuatro accionistas marplatenses travestidos de kicillofistas.

En un juego de vida o muerte política, la jugada pergeñada por Ariel Martínez Bordaisco y Maxi Abad les permitió coronar una victoria que le da otro perfil al Concejo Deliberante, en el cual será imposible hacer tierra arrasada con el actual orden político a gusto y piacere de quienes ya hablan como los nuevos dueños de la ciudad.

Tal como sostiene en off uno de los armadores de la política local, quien no entienda que el enemigo a batir es el ex intendente GAP, no entiende nada. Toda la estrategia por venir, a definir en los próximos tres meses, debería pasar por ahí. En particular, los cambios en aquellos entes que requieren del voto en el concejo para poder avanzar.

Salvo que Neme haga una alianza con GAP, se ve difícil. Y aún así, no estarían los votos. Lo que sí es un hecho, es que, con su renovado poder de fuego, la pax con el gremio que nuclea a los municipales está por concluir.

En esta semana, la actual presidenta del HCD, Marina Sánchez Herrero, le tendió una flor de la paz a Neme, señalando la pretensa aspirante al vice rectorada de la UNMDP: «Agustín es muy buena persona. En cuanto a que no es conocido, ningún integrante de la corporación deliberativa lo es».

Ojalá se entienda.