La aldea y el cerco
Florencio Aldrey Iglesias está muy venido abajo. Evolutivamente hablando, transita un tiempo que hace evidente su decrepitud. En la pasada Fiesta Nacional del Mar, autoridades presentes se asombraron al ver al gobernador Daniel Scioli alentándolo, al batir de palmas, “vamos Florencio; arriba, arriba Florencio ese ánimo!”. Pequeñín -más aún-, encorvado, y por largos momentos muy, muy ausente. Se ha caído el pelo, pero las mañas siguen ahí.