Lo he citado en esta columna: Gustavo Arnaldo Pulti encaja a la perfección en la figura del “bovarista”, aplicada a aquel que se ve a sí mismo por encima de quien probadamente es. En su perorar del 25 de Mayo, el intendente se definió “invencible”. Fue un largo soliloquio, en el que haciendo como que le hablaba al vecino, describía su mirada sobre sí mismo. “Somos invencibles, como vecinos, amigos, padres, funcionarios”. Habló de honestidad y de su probidad. Es una figura archiconocida de la psicología que se subraya de la personalidad aquello de lo que se carece.
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