El arco sanitizante y la lógica del poder
En columna anterior apunté que la soledad de Guillermo Montenegro es de tal dimensión que ni su primer concejal es parte de su íntima estructura política. Para despejar cualquier idea de que el aserto es interpretable, bastó que Nicolás Lauría, primer concejal electo, sucesor natural o intendente supletorio ante enfermedad o vacaciones, hiciera un pedido para instalar arcos sanitizantes en los accesos de la ciudad.