Sólo se trata del poder
Ha sido una constante desde el inicio de la intendencia de Carlos Fernando Arroyo. No hay jornada sin polémica o títulos degradantes. Los mismos títulos que estuvieron ausentes en los ocho años previos en los que el reparto de los recursos municipales eran la constante. Esa actitud, el apoderamiento de los recursos del estado para unos pocos, se ha hecho carne en la subcultura del empleado municipal.




