Una semana en el infierno

Todo comenzó con un cruce entre el ministro de Seguridad de la Provincia Cristian Ritondo y el municipio por la caída de un acuerdo por el que la comuna debía pagar asistencia económica para el funcionamiento de las patrullas de la Bonaerense. La piedra de toque fueron las declaraciones públicas del jefe de la policía local Fernando Telpuk, por cuya boca se conoció que el convenio caía y que la Provincia se hacía cargo de los emolumentos necesarios para dicho funcionamiento. Lo que siguió es una locura digna de un texto alucinado de García Márquez: funcionarios policiales de alto nivel…