Políticamente incorrecto, cívicamente impecable
Es el jugador que no estaba en los planes de nadie, el que buscaban para cerrar el arco de dispersión del voto de clase media y que por fuera restaba para la suma. Lo querían de compañía, no de cabeza de serie, pero la suerte, que es grela, jugó su extraña partida, y lo que el laboratorio político entrevió como jugada maestra, resultó en otra historia que hoy lleva a un ejemplo de dignidad republicana sin precedentes en democracia en Mar del Plata.




