Inicio de época
Todo cambia, aunque quizá no al ritmo que pretende un cierto colectivo ansioso de la comunidad, que por años ha callado ante tamaña soberbia y robo descarado de recursos públicos, tanto de parte de Gustavo Pulti y su séquito, como de la lista chica de medios digitales de la ciudad que se han llenado los bolsillos de modo escandaloso y sin precedentes en la historia de las relaciones entre el Estado comunal y la prensa.