Que en esta horrible situación de implosión económica que vive el país, dirigentes del Frente de Todos se sienten a ofrecer armados políticos, y que la frase de cabecera sea “la plata no es un problema, ponga usted la cifra”, cuando menos, debería causar indignación.
Está claro que la perspectiva del Frente de Todos ante las próximas elecciones, no es nada halagüeña. Lo dice la historia. Las elecciones de medio término siempre les fueron hostiles a los gobiernos de Néstor y Cristina. Esta, ante la actual situación, lo será aún más.
La pandemia les hizo creer que, repartiendo bolsones de comida y vacunando, los votos estaban en la canasta. Ya saben que no es así. Y ahí inicia la desesperación.
Pablo Obeid, pope del ANSES en Mar del Plata, y su esposa, la titular nacional del ANSES, ven en la elección de medio término riesgos políticos enormes. Eso es evidente, y es lo que los llevó a imaginar una maniobra política de diversión: crear una colectora.
Pero no se trata de una lista alternativa peronista, sino una colectora de lo que ellos llaman el “voto de la derecha”, es decir, para comerle votos a Juntos por el Cambio. La frase que usan es “hay que restarle votos a Montenegro”.
En ese predicamento, Obeid pulsó las teclas en el WhattsApp y le envió un mensaje de presentación a un ex funcionario, de alto prestigio profesional en su ámbito de trabajo, al que le pidió una reunión, la cual fue otorgada. El referente del Frente de Todos se presentó entonces en las oficinas en plano centro para hacer su oferta.
El elegido aún no sale de su sorpresa. Palabras más, palabras menos, el planteo fue así:
“Mire usted es el único que critica la gestión de Montenegro y agradecemos cuando destaca cuestiones que nosotros desarrollamos en la ciudad”.
Respuesta: “Bueno, sí, Guillermo a mí me decepcionó, y eso que yo hice campaña para él”.
Ahí pasaron de las formas, al planteo político. Obeid se lanzó con este análisis: “Necesitamos restarle 8 o 9 puntos a Montenegro y usted está muy buen en el electorado de derecha”. Luego, agregó: “no tiene que preocuparse por nada, ya tenemos un partido armado, la gente para ponerlo en marcha. Sólo debemos decidir el candidato, y creemos que tiene que ser usted”.
No fue todo, ya que la frase que definió el juego vino a continuación: “Mire, está la plata para el armado, el local, las boletas, los fiscales, y eso sí, para usted, ponga a cifra, la que sea. La plata está”.
La respuesta que recibió Pablo Obeid fue cortés, pero negativa.
El merecedor de la propuesta aún no sale de su asombro. Y comparto el interrogante: ¿Cuánta plata manejan? ¿Cuánta, para actuar de ese modo en un país en donde la jubilación mínima condena a la persona a la indigencia y el desamparo? ¿Cuánta?