Una semana clave en la vida política de Mar del Plata. El intendente Gustavo Arnaldo Pulti puso la vida de la ciudad en blanco y negro, Sí o No.
Contrariando una verdad de Perogrullo de que “un político no debe nunca ir por la negativa”, dirigentes políticos de la ciudad lanzaron el No con fuerza no exenta de razonabilidad. Esta vez, la lógica le ganó a la magia del eslógan fácil. Emiliano Giri y Alberto Rodríguez fueron los primeros en decir públicamente No. A ellos se sumaron el FPV y la UCR. Con diferentes expresiones, el No fue ganando un espacio inédito. A horas de esta consulta, inconstitucional, imprecisa, engañosa, una mentira como pocas veces se ha visto en la vida pública local, encuestas que corrían de mano en mano ubicaban entre el 68 y 83% al No en los ámbitos de aquellos que aseveraban que concurrirían a expresarse en las urnas.
Bovarista crucial, GAP cree que todo lo puede, todo se le debe, y todo le será concedido. Se subió a un reclamo absoluto de la sociedad: más seguridad. Y no es para menos: la preocupación se relaciona con los datos que resultan de la realidad, plasmada en un informe confeccionado por la Procuración General de la Corte bonaerense. El mismo revela que en 2012 se registraron 685.808 ilícitos en todo el territorio (656.258 que involucran a mayores y 29.550 a menores), lo cual representa un 4,5% más que el año anterior y un 17% más que en 2007, cuando la Procuración comenzó a difundir estas series estadísticas. No es todo, hay más y toca centralmente a Mar del Plata. Dice el informe de la Procuración que el 8% de esta cifra trágica corresponde a nuestra ciudad, donde la inseguridad ha castigado con inusual fuerza en lo que va de 2013. Aquí, además, se produjo el único doble homicidio este año con fines de robo.
La saga sigue, e impacta. Porque está también lo que se oculta, como los secuestros que han padecido distintos vecinos. El nivel de secuestros es alto, demasiado ya. Pulti ha tomado el dolor y la sangre derramada para hacer caja. Si resta alguna duda al respecto, recomiendo enfáticamente abordar la investigación que este medio publicó la semana pasada, “la Gran Farsa”, que desnuda punto por punto y con números sumamente reveladores el verdadero propósito de esta aventura a todas luces inviable.
Lo bueno es que la masa purulenta que rodea a Pulti salió a la superficie: Osvaldo Lalanne, Mario Puche, Marcelo Fernández, cabezas visibles de un vecinalismo que declinó sus banderas detrás de la ambición de ser parte de la caja de la felicidad económica que pagan los vecinos de la ciudad. Si algo define a Gustavo Arnaldo Pulti es ser un natural corruptor. Ha corrompido hasta el hueso al Sindicato de Trabajadores Municipales, a los vecinalistas, a dirigentes barriales; y, tristemente, también a la organización que llevaba la bandera de los desamparados de la ley y el orden, Familiares de víctimas del delito y el tránsito, que se alineó con la inconstitucional propuesta, por desesperación quizá, ante la falta constante de solución al problema.
Para cuando el lector tome contacto con estas líneas, el domingo 9 de Junio será un tiempo en tránsito o será historia. Como sea, forjará en este hoy que será ayer las decisiones que marcarán la elección en el plano local este año. Hace un par de años, el concejal Leandro Laserna, ante la mirada atónita de empresarios de la ciudad, dijo: “Pulti tiene una increíble sensibilidad para saber qué quiere el vecino”. Esa idea cuasi mesiánica, esa concepción de ser dirigidos por un sujeto infalible que se comunica directo con el pueblo y lo entiende, ha dejado expuesto el problema esencial de Acción Marplatense. Laserna no está solo; el titular de Inspección General, Eduardo Bruzzeta, suele referirse a GAP como “el que todo lo puede”. En estos términos se lo refiriólo a un empresario que pedía unos días de gracia para retirar un cartel del frente de su negocio.
El que todo lo puede parece que esta vez no pudo.