La denuncia presentada por el diputado nacional Maximiliano Abad basada en informes de la Auditoría General de la Nación (AGN) desnuda una compleja trama de la cual habla más lo que no se dijo que lo que fue efectivamente expuesto.
Un elemento que alteró el debate fue el zócalo de TN, que titulaba como “Puerto pirata” la entrevista que sirvió de presentación mediática de la denuncia en una entrevista de mala factura por parte de los muy laureados Nicolás Wiñazki y Luciana Geuna. Los que se expresaron en público teóricamente afectados en su moral y sus buenas costumbres se indignaron por el zócalo del canal de noticias, y no por la dimensión de una denuncia que está basada en auditorías de la AGN.
Deseoso como Abad de tener espacio y protagonismo político, Daniel Sosa, en nombre de su formación política Mar del plata, puerto y región, fue a la yugular: habló de ofensa a todo el puerto, y pidió precisiones en vez de “una denuncia al voleo” . Otro actor fue Ciro D’Antonio, titular de CAFREEXPORT, quien se sumó a la crítica en contra del diputado, caracterizando el trabajo de la Aduana de “serio y profesional“. En la intimidad le pidió al diputado bajar los decibeles. ¿Por qué? Porque D’Antonio aún siente picar las balas cerca suyo en la causa abierta a Letter SA, llevada adelante por Santiago Inchausti y que implicó un allanamiento en estudios contables buscando documentación que pudiera probar la tesis de la Fiscalía, en la época a cargo del secretario Pablo larriera. Viendo el modus operandi de este grupo encarcelador federal, que poco y nada necesita para privar de la libertad a los ciudadanos, es para entender que quiera bajar el impacto de la denuncia.
La algarada en sede hotelera en contra de Abad deja alianzas implícitas expuestas. Es obvio que Vilma Baragiola y Nicolás Maiorano no digieren las derrotas que les provocó Maximiliano Abad. La jornada convocada por Lucas Fiorini no cambia nada, es un entretenimiento para los habitué de los cafés de la manzana de las sombras, citada sólo por la cadena de corte y pegue, que no llega a la sociedad real.
En tanto todo este triste entretenimiento transita alejadísimo de los auténticos intereses de la comunidad, hay interrogantes políticos. Como ya hemos dicho es este espacio, Fiorini es “soldado” del nuevo hombre fuerte del gobierno de Vidal, Joaquín De la Torre. Ecléctico -como peronista que es-, De la Torre tiene por jefe de gabinete al ex titular de ARBA Iván Budassi. Budassi es nativo de Bahía Blanca, fue funcionario de Scioli y ahora presta sus servicios a esta administración. Tiene muchos amigos en Mar del Plata -estudió en la UNMdP-, y al igual que Sergio Ariel Mancini, fue compañero de estudios de Ricardo Etchegaray y del integrante del Servicio de Inteligencia del Servicio Penitenciario durante la dictadura Fernando Villaverde. Que Fiorini haya impulsado la caballada, luego de ponerse a disposición del intendente Arroyo a partir de la decisión de De la Torre de aupar el gobierno comunal en todo para ordenar esta administración, es una señal interna.
Es Joaquín De la Torre el que ha hecho circular la versión de un llamado de atención al diputado denunciante de parte de la Gobernadora, en público ante todo el gabinete y dirigentes de CAMBIEMOS, apuntando que la postura del presidente Mauricio Macri y la suya propia era apoyar a Carlos F. Arroyo con todos los recursos humanos y económicos posibles. Hay por detrás de la escena más motivos que los que el común de los mortales podemos ver.